El filme de F.W. Murnau se convirtió en un clásico de culto, a pesar de su similitud con Drácula y cierta ingenuidad.
Su silueta lo precede: miembros flacuchos y un saco negro largo, uñas como garras: una sombra de otro mundo que se asoma al cine desde hace más de 100 años.
La película muda de F.W. Murnau, Nosferatu, y su villano el Conde Orlok, celebran su centenario en 2022. El filme volverá a los cines en toda Europa, y, en el mundo, se programan festivales, conferencias, exposiciones de arte y proyecciones acompañadas de música en vivo para rendir homenaje a la influencia inmortal de Nosferatu, que sobrevive como cuento, meme y monstruo fantasmal cinematográfico.
A lo largo de décadas, Nosferatu inspiró a directores de cine, artistas, músicos y diseñadores, con la figura de Orlok en la superficie de lugares tan variados como el video juego Red Dead Redemption 2 y como gag visual en un episodio de Bob Esponja.
Werner Herzog lanzó su remake inquietante y romántica, Nosferatu el vampiro, en 1979, mientras la obra de E. Elias Merhige, La sombra del vampiro, de 2000, reimagina la producción de la película si su actor protagonista, Max Schreck, fuera realmente un vampiro.
Orlok incluso sirvió como musa improbable de los diseñadores de moda holandeses Viktor y Rolf, quienes lanzaron una colección Nosferatu chic por las pasarelas de París este año.
El vampiro ingenuo y plagiario
Sin embargo, mientras hoy se celebra por su ingenuidad, al público casi se le niega la oportunidad de ver Nosferatu, debido a una disputa sobre hasta dónde eran realmente novedosas sus ideas.
Nosferatu comienza con una pareja joven nada sospechosa. Thomas Hutter deja a su mujer, Helen, y su hogar en Wisburg, Alemania, para firmar un contrato de propiedad con Orlok, un conde misterioso que vive en un castillo en las montañas de Transilvania. Orlok es excéntrico, luego siniestro
Rechaza la comida. Duerme de día, en un ataúd, sobre una pila de otros ataúdes. Cuando Hutter accidentalmente se corta el dedo, Orlok trata de chupar la sangre de la mano. El colmo es cuando Orlok mira una foto de la mujer de Hutter, y alaba la “encantadora garganta” de Helen, parte en su bote hacia Wisburg para acosarla y deleitarse con la sangre de la gente del pueblo.
Si este argumento suena familiar, es porque es casi idéntico al de la novela de Bram Stoker, Drácula, con algunos cambios menores. Cuando la viuda de Stoker, Florence, se enteró de la película, intentó hacer juicio, pero se dio cuenta de que a la empresa productora de Nosferatu, Prana-Film, no le quedaba dinero (gastó a lo grande para promover la película, más que en el propio filme).
Después de tres días en la corte, un juez de Berlín sentenció que todas las copias de la película debían ser destruidas.
La orden se cumplió en Alemania, aunque copias de Nosferatu ya estaban en los Estados Unidos, donde Drácula era de dominio público.
Murnau falleció en un accidente automovilístico en 1931, a la edad de 42 años, y no vivió para ver que su película se transformara en un clásico de culto, con una aceleración en la reputación de la película en los años ´60, cuando los derechos de autor de Drácula se vencieron en todo el mundo y Nosferatu podía exhibirse en todos lados.
Películas desechables
“Con filmes de la era del cine mudo, con frecuencia es duro encontrar incluso unas pocas fotos o recortes de diarios”, dijo Jon Robertson, productor en Eureka Entertainment, la distribuidora que trajo a Nosferatu a los cines en Gran Bretaña e Irlanda este año.
“En ese tiempo, la gente veía películas como consumibles. Era como hoy en día las trasmisiones de televisión; simplemente hacían las películas y si nadie quería verlas, después de unos meses, las desechaban”.
La versión de la película que se exhibirá este año fue restaurada por Luciano Berriatúa, un director de cine e historiador quien la reconstituyó a partir de copias sobrevivientes y las reparó cuadro por cuadro, utilizando herramientas de limpieza de fotos y automatización para quitar los movimientos bruscos y las raspaduras.
“Los filmes antiguos se imprimían con nitrato”, dijo Robertson. “Tiene un brillo extraño y reluciente que no se puede replicar, gracias a cómo reaccionan los productos químicos cuando la luz impacta sobre ellos. Esto le agrega belleza a Nosferatu”.
Mientras que la película instaló a Murnau en el camino a una carrera como autor en Hollywood, su productor, Albin Grau, también tuvo un papel especial en crear la fuerte identidad visual de Nosferatu.
Arquitecto formado y ocultista practicante, Grau fue responsable de los diseños del guión gráfico y del diseño de vestuario de Orlok, incluidos los dientes postizos, orejas y las garras características, junto con el saco negro distintivo.
Apartándose de los retratos de Drácula como un urbano sofisticado, Schreck, el actor, dio vida a un nuevo arquetipo: el vampiro como extraño que representa los temores de contagio y muerte.
Filmada en exteriores
Mientras otros filmes expresionistas alemanes de la época, como el de Robert Wiene, El gabinete del Dr. Caligari, hacían uso de sets de filmación muy elegantes, gran parte de Nosferatu se filmó en exteriores, con fotografía inspirada en las pinturas costeras de Caspar David Friedrich.
La película trajo inspiración a partir de una cantidad de artistas; notas manuscritas en el guión se refieren a obras del romanticismo alemán, mientras que los diseños del set de Grau se relacionan con el arte de Francisco de Goya, Alfred Kubin y Franz Sedlacek, y las ilustraciones de Hugo Steiner-Prog para la película muda Der Golem.
Una muestra en la Nationalgalerie en Berlín, Fantasmas de la noche: 100 años de Nosferatu, planificada para diciembre, reunirá obras que inspiraron la película y que a su vez, la película inspiró, incluidos los pósteres diseñados por Grau.
Frank Schmidt, uno de los curadores de la muestra, dijo que, inmediatamente después de su lanzamiento, Nosferatu comenzó a inspirar a los artistas, en Francia, en particular.
“Los surrealistas descubrieron la películas por sí mismos”, dijo Schmidt. “André Breton denominó escena clave al intertítulo que comenta el pasaje de Hutter al reino de los espíritus”.
Mencionada en el libro de Breton de 1928, Surrealismo y Pintura y en Vasos Comunicantes, de 1932, la línea en cuestión “Y cuando habíamos cruzado el puente, los fantasmas vinieron a su encuentro” aparece en la parte final del viaje de Hutter al castillo de Orlok. Es un cruce de umbral hecho por un humano en lugar de un vampiro, que señala un cambio de narrativa de la realidad a un mundo de pesadillas.
Otra clave, la música
La música es otra parte de la sobrevida de Nosferatu. Por mucho tiempo fue ejecutada en conciertos y clubes nocturnos, al igual que en cines, con el original del compositor alemán Hans Erdmann remixado, reinterpretado o reemplazado.
El compositor de música para películas James Barnard creó un nuevo arreglo orquestal en 1995, y el DJ Shed de Berlín estrenó una banda de sonido tecno de Nosferatu en el club nocturno Berghain en 2013.
En mayo, Jozef van Wissem, compositor holandés y laudista de vanguardia conocido por sus colaboraciones con el director de cine Jim Jarmusch, interpretará una partitura en directo en una proyección de Nosferatu en una gran iglesia de Belfast (Irlanda del Norte).
Comenzando con un solo de laúd, su actuación incorporará guitarra eléctrica y grabaciones distorsionadas de aves extinguidas, pasando de la sutileza al horror gótico. «Mi banda sonora pasa del silencio al ruido a lo largo de 90 minutos», dijo, y culmina con un «death metal denso y lento».
El propio Orlok también ha sido remezclado y reinterpretado, con un ejército de villanos igualmente pálidos, sin pelo y chupasangre que aparecen en series de televisión y películas. Simon Bacon, académico residente de Poznan (Polonia), es el editor de un nuevo libro, Nosferatu en el siglo XXI. Publicado en agosto, trazará la evolución del legado de Nosferatu desde el año 2000.
«Comienza analizando las adaptaciones cinematográficas, con ejemplos que van desde lo artístico hasta la ciencia ficción y la comedia», dijo Bacon, enumerando al Amo en Buffy Cazavampiros, al Ángel de Misa de Medianoche de Netflix y a Petyr, el vampiro mayor de la serie cómica Lo que hacemos en las sombras, entre los descendientes de Orlok.
Bacon afirma que su libro analiza «las formas en que la película puede leerse en términos de ansiedades en torno al contagio y la enfermedad mental, y termina examinando cómo los diferentes medios han hecho evolucionar la historia: la música, los juegos, las técnicas de filmación e incluso la actuación».
Para cuándo la remake
Hace tiempo que se rumorea una evolución de Nosferatu, pero aún no se ha producido: Robert Eggers, director de las películas La bruja, El faro y El hombre del norte, ha sido vinculado a un remake. Sus planes se anunciaron por primera vez en 2015, pero se detuvieron y se volvieron a anunciar en varias ocasiones.
En una entrevista, Eggers dijo que todavía quería hacer un remake de la película, pero no podía decir cuándo entraría en producción. «Sería una pena que nunca se hiciera, porque le he dedicado mucho tiempo», dijo, «y estuve a punto de hacerlo más de una vez».
Eggers descubrió por primera vez Nosferatu cuando estaba en la escuela primaria en la zona rural de New Hampshire, dijo. Recuerda haber pedido a sus padres que lo llevaran a un centro comercial para pedir la película en VHS, y haber esperado durante un mes la llegada de un video granulado.
Aunque carecía de la claridad de una edición remasterizada, la mala calidad de la grabación hacía que la actuación de Schreck como Orlok fuera aún más siniestra, dijo Eggers.
«Las versiones en video dieron lugar a la idea de que Max Schreck era realmente un vampiro», dijo, «pero en las versiones restauradas, se puede ver la calva y la pintura de grasa».
Si su Nosferatu se realiza finalmente, Eggers dijo que le gustaría explorar los elementos definitorios de su historia. «Hay ciertas cosas que la diferencian de Drácula, que se pueden identificar como Nosferatu y no sólo como El Vampiro de Robert Eggers», dijo.
Una historia, pues, que se apoya en un siglo de folclore e historia del cine. «Mi enfoque es siempre entender el período en el que se desarrolla la película y la historia y hacerlo con la mayor verosimilitud posible», dijo Eggers.
«Entonces, ¿qué significa ser un conde no muerto que vive en los Cárpatos? Esa es mi forma de entrar».
Fuente: The New York Times
Traducción: Patricia Sar
WD
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