Anna Sorokin se hizo pasar por la heredera alemana Anna Delvey y estafó a la élite de Nueva York. Dónde está hoy.
La nueva serie que revoluciona Netflix, Inventando a Anna (Inventing Anna o ¡Quién es Anna?) cuenta la sorprendente historia real de Anna Sorokin, una joven rusa que se hizo pasar por una rica heredera alemana y rebautizó Anna Delvey mientras vivía en Nueva York , donde llevó a cabo estafas monumentales.
Julia Garner, la estrella revelación de Ozark que va en busca de su tercer Premio Emmy, se pone en la piel de la joven que dejó helada a la alta sociedad en Nueva York, Estados Unidos.
La serie escrita y producida por Shonda Rihmes, como parte de su contrato multimillonario con plataforma, cuenta a los largo de 9 capítulos de más de una hora cada uno la fascinante historia real de la estafadora Anna Sorokin.
Luego de la sentencia que recibió Sorokin en 2019, algunas adaptaciones de la su historia fueron llevadas a cabo, entre ellas un libro escrito por su antigua amiga Rachel Williams titulado «My Friend Anna» y una serie aún no estrenada en HBO.
La producción de Netflix, sin embargo, se basa en el artículo del New York Times, «How Anna (Sorokin) Delvey Tricked New York’s Party People» , de la periodista Jessica Pressler, quien en la serie se llama Vivian Kent y es interpretada por la actriz estadounidense Anna Chlumsky.
Quién es Anna Sorokin
Anna Sorokin nació el 23 de enero de 1991 en Domodedovo, una ciudad satélite de clase trabajadora al sureste de Moscú. Su padre era conductor de camiones y su madre dueña de una pequeña y ama de casa.
Cuando tenía 16 años, su familia se mudó a Alemania y cuatro años más tarde, tras graduarse de la escuela secundaria, viajó a Londres para asistir a Central Saint Martins.
Trabajó como pasante en una empresa de relaciones públicas y se trasladó a París para comenzar una pasantía para una revista de moda, su pasión, y allí «nació» la nueva Anna Delvey, una joven rica a la espera de un fideicomiso de 60 millones de dólares.
Qué delitos cometió Anna Delvey
Durante su estadía en Nueva York, Anna Sorokin demostró su astucia para mezclarse con el círculo más íntimo de la alta sociedad de la ciudad.
De esta manera, estafó de diversas e ingeniosas formas tanto a amigas, hoteles y bancos, utilizando tarjetas de crédito no válidas o extractos bancarios y cheques falsos, apoyada en la ilusión que había generado de chica rica.
Su sueño era crear una fundación de arte, para atraer a donantes ricos y promover su marca… su propio nombre falso. Su idea era que funcione en un emblemático edificio y muy bien ubicado de la Gran Manzana.
Tras rebotar de hotel en hotel y quedar al descubierto sus fraudes, huyó a a Los Ángeles , donde finalmente fue detenida octubre de 2017 luego de una operación encubierta que nació a partir de una denuncia de una amiga y víctima. Durante su procesamiento, se estimó que robó alrededor de 275.000 dólares.
El 25 de abril de 2019, Sorokin fue declarada culpable de ocho cargos, vinculados a hurto mayor en primer grado y robo de servicios. Recibió una pena de 4 a 12 años de prisión y una multa de 24.000 dólares y a pagar una indemnización de unos 199.000 dólares, marcan los sitios especializados.
Dónde se encuentra ahora Anna Delvey
Sorokin fue enviada al correccional de Bedford Hills antes de ser trasladada al de Albion, en Nueva York. Pero en febrero de 2021, fue excarcelada con antelación por cumplir su condena e inmediatamente volvió a Instagram.
Pero la alegría duró poco y apenas un mes después, fue detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos por temas vinculados a la visa. Hoy espera ser deportada nuevamente a Alemania.
La reacción de la verdadera Anna tras ver la serie
Luego de ver la serie de Netflix basada en su casi, Sorokin dio su opinión en una carta abierta.
«Ver una versión ficcionalizada de mí misma en este escenario de manicomio criminal me parece atractivo«, expresó. Y agregó: «Durante mucho tiempo, esperaba que para cuando se estrenara Inventing Anna, yo ya hubiera seguido con mi vida».
«Imaginé que el espectáculo sería una especie de conclusión que resumiera y cerrara un largo capítulo que había llegado a su fin. Casi cuatro años de trabajo y horas de conversaciones telefónicas y visitas después, el programa se basa en mi historia y se cuenta desde la perspectiva de un periodista», continúa según refleja Que Ver.
«Y aunque tengo curiosidad por ver cómo interpretaron toda la investigación y los materiales aportados, no puedo evitar sentirme como una idea de última hora, la sombría ironía de estar confinada en una celda de otro horrible centro penitenciario se pierde entre las líneas, la historia se repite», sentenció.
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