Clásicos, simples o sofisticados, económicos o de lujo, hay distintos tipos de vasos de whisky. Qué tener en cuenta al elegirlos y comprarlos.
Aunque en el imaginario popular el vaso de whisky siga siendo bajo, de base gruesa y boca ancha, lo cierto es que la evolución del consumo vino acompañada de distintas opciones para beber este destilado. Porque más allá de que el contenido sea el mismo, el vaso definitivamente cambia la experiencia de tomar whisky.
Los expertos coinciden en que no hay una opción que esté por encima de todas las demás, sino que los vasos de whisky deben elegirse a partir de qué, cómo y hasta para qué se bebe.
Así, mientras hay contenedores más aptos para un “on the rocks”, otros resultan ideales para la cata, y no se utiliza el mismo vaso para disfrutar de un cóctel ligero con tónica y limón que para un clásico como el Old Fashioned.
Se puede decir que hay tres grandes grupos de vasos de whisky: los bajitos de boca grande para el clásico con hielo o puro, los con forma de tulipa -que concentran los aromas- y los altos, para trago largo.
Dentro de cada grupo, el amplio abanico que va desde copas del bazar más económico hasta piezas de cristalería y diseño carísimas, exclusivas para fanáticos.
Qué tener en cuenta antes de comprar vasos para whisky
En cuanto al material, vidrio y cristal son las opciones por excelencia, ya que no modifican los sabores y su transparencia permite apreciar el color del whisky. Se recomienda el vidrio para uso frecuente y el cristal para ocasiones especiales: son vasos más caros y más difíciles de manipular y lavar; por caso, no admiten lavavajillas.
Los vasos de cristal, además, requieren de un pulido a mano con trapo o gamuza para brillar en todo su esplendor.
La cristalería vintage, aunque suele ser encantadora, debería descartarse: muchas piezas antiguas fueron fabricadas con óxido de plomo (proporciona brillo reflectante al exterior de los vasos) por lo que no son recomendables. Mejor ir por algún diseño retro.
Por lo demás, las opciones son infinitas: hay copas de metal, de plástico y hasta de madera.
Los precios, por su parte, varían enormemente. El mercado ofrece desde vasos económicos (desde $ 200), pasando por diseños de autor, grabados a pedido y copas elegantes que llegan a superar los $ 10 mil por unidad. Y hasta una de diseño argentino que es pieza de museo.
Cuáles son los mejores vasos de whisky
Tumbler o Lowball
El vaso Tumbler, Lowball u Old Fashioned es y seguirá siendo un clásico. Robusto y de boca ancha, admite dos o tres hielos sin problemas (su capacidad facilita la liberación de las notas de alcohol) y es también apto para un vertido puro. Podemos tomar en ellos perfectamente scotchs blended, maltas jóvenes y frescas y destilados de alta graduación como los bourbons.
Los fanáticos de este vaso destacan que permiten beber al tiempo que se mantiene contacto visual, algo que hace a la ceremonia tradicional del whisky, Por otra parte, siempre será necesario utilizarlos en la preparación de hits de la coctelería como el Old Fashioned o el Negroni.
Lisos y simples, tallados, de cristal de Bohemia… La lista de variantes de este modelo es infinita y los precios varían respecto de la calidad. Una opción indiscutible es la de la marca Riedel, con indicador de cantidad de vertido.
Una interesante reversión del Tumbler es el vaso Mareado, de diseño argentino (creado por Daniel Wolf y Marco Sanguinetti y así llamado en honor al tango de Cadícamo. Tiene una base convexa que permite un gentil balanceo que reproduce el gesto con el que los bebedores baten los hielos en el whisky.
De fabricación artesanal con las clásicas técnicas del cristal soplado a boca, tiene una gran transparencia y brillo inalterable, ganó el Premio Innovar 2008 y forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Se consigue en la web danielwolf.com.ar y en otras plataformas de venta on line. Viene en distintas versiones, incluso en negro humo.
Glencairn
El Glencairn es el preferido de los catadores. Tiene forma de tulipa, que hace que el whisky se oxigene en la parte ancha y su boca angosta concentra los aromas cerca de la nariz del bebedor. Además, su tallo grueso impide que el calor de la mano altere la temperatura del destilado.
Esta copa fue desarrollada específicamente para el whisky por la empresa escocesa del mismo nombre en 2002 y en ganó el Queen’s Awards for Enterprise en 2006 en Gran Bretaña. Lo usan todas las destilerías de Escocia e Irlanda y anualmente vende más de un millón de unidades en todo el mundo.
Las Glencairn originales se consiguen en sitios web, y hay infinidad de diseños “inspirados” en ellas.
Antes de que saliera al mercado los catadores se inclinaban por un vaso inspirado en “la copita” originaria de España, ideal para tomar jerez y catar todo tipo de licores. De tallo más largo y delgado que el Glencairn, este modelo de vaso permite calentar el whisky, si se desea, “acunando” el caliz en la mano.
Es también bastante similar la copa Riedel Bar Single Malt, cuyas paredes, en lugar de forma de tulipán, se abren ligeramente en la parte superior para que no sólo se perciban los aromas, sino que el líquido entre más plenamente en boca.
Highball
Es el más usado para servir tragos donde el whisky se combina con soda, tónica o gaseosa lima limón (el famoso cóctel del mismo nombre). Se trata de un vaso alto, que en general tiene la base y el borde del mismo diámetro (en forma de tubo), aunque en algunos modelos se ensancha levemente arriba.
Su capacidad también es variable y oscila entre los 235 y los 350 ml. El Higball permite añadir mucho hielo y mezclar las bebidas directamente en el vaso, sin recurrir a la coctelera. La historia dice que se lo empezó a usar a fines del siglo XIX y hay distintos barmans que se atribuyen su autoría.
Se lo conoce también como Long Drink, justamente porque en él se sirven tragos que se consumen lentamente. Al igual que en el Lowball, hay infinidad de diseños y precios, a gusto del consumidor.
Norlan
Tal vez uno de los más originales vasos para beber whisky, el Norlan fue desarrollado a partir de una campaña en la plataforma Kickstarter, mediante una impresora 3D junto al master distiller Jim McEwan. Sus creadores -Sruli Recht, Brian Fichtner y Shane Bahng- ahora lo fabrican artesanalmente, soplados a mano.
Los diseñadores utilizaron la biomimética y el modelado dinámico de fluidos para producir “el vaso de whisky perfecto”, que combina el fácil manipulado y la capacidad de un vaso bajo con las cualidades técnicas de los vasos de nariz.
La característica distintiva del Norlan es la doble pared de cristal que mantiene el calor de la mano alejado del líquido. Las curvas redondas de la pared exterior acomodan el vaso cómodamente en la mano, mientras que la pared interior en forma de tulipán enfoca y difunde el aroma para revelar matices y sabores.
La pared interna se cierra a medida que suben y luego se ensancha para no golpear la nariz.
Sus fabricantes aseguran que la altura y el diámetro de la abertura más pequeña concentra los aromas y al mismo tiempo difunde el etanol lejos de la cara, lo que mejora el sabor del whisky.
Neat
El vaso Neat toma su nombre de las siglas de “Naturally Engineered Aroma Technology” (tecnología de aromas de ingeniería natural) fue creado a partir de un error en una fábrica de vidrio soplado. La forma peculiar del recipiente, una versión más ancha y sin base del vaso tulipán, resultó ser ideal para alejar de la nariz los vapores del alcohol.
El Neat es un vaso ideal para la cata pero también para quienes se inician en el consumo de destilados, ya que sus lados curvos mejoran el remolino del whisky y la evaporación, desbloqueando rápidamente los aromas a nivel del borde.
Si se sostiene en la palma se puede entibiar el destilado, mientras que si se toma el vaso por el cuello no se modifica la temperatura. Puede llevar un tiempo acostumbrarse a este vaso por su formas inusuales, pero vale la pena.
Graciela Baduel para Clarin.
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