A los 15 años, la joya del patinaje artístico sobre hielo dio positivo en un control antidóping, pero la dejaron competir. Ante las presiones, quedó fuera del podio: se cayó dos veces y rompió en llanto. Las claves y las reacciones de sus rivales.
Kamila Valieva, de 15 años, llegó a los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 con el objetivo de escribir su nombre en la historia. Y lo hizo, no solo por sus impresionantes actuaciones sobre el hielo del Capital Indoor Stadium. Las joya del patinaje artístico quedó en el centro de la polémica cuando se conoció que había dado positivo en un control antidóping realizado en diciembre. De haberse seguido el procedimiento lógico –suspensión provisional del atleta mientras se completa la investigación-, su transgresión podría haber quedado registrada en los libros como una mancha más de Rusia al juego limpio, con todo lo que eso implicaría para esa nación.
Pero las decisiones de las personas y los organismos involucrados desataron un escándalo que terminó eclipsando la fiesta deportiva, dividió al mundo olímpico, inauguró un nuevo capítulo de la Guerra Fría entre Rusia y Occidente y dejó en una posición muy comprometida a tres organizaciones importantes del deporte: el Comité Olímpico Internacional (COI), la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Valieva debutó en Beijing el lunes 7, con una deslumbrante actuación en la competencia por equipos, en la que realizó un inédito salto cuádruple, clave para que su país ganara el oro.
Al día siguiente, la prensa informó que la joven había dado positivo en un control realizado el 25 de diciembre durante los campeonatos de su país. La sustancia detectada fue trimetazidina, medicina que se usa para prevenir la angina de pecho y favorece el flujo sanguíneo al corazón y que está prohibida dentro y fuera de la competición.
La RUSADA, la agencia antidopaje rusa, suspendió a Valieva de forma inmediata. Pero levantó la sanción al día siguiente, tras la apelación de la atleta. El COI y la AMA recusaron esa decisión ante el TAS, que tras una audiencia de emergencia emitió el martes su veredicto: Valieva no sería suspendida provisionalmente y puede seguir compitiendo en Beijing.
Así lo hizo la rusa, quien ese mismo día dominó el programa corto de la prueba individual (aunque con su peor actuación del año, en cuanto a puntaje) y este jueves buscaba asegurar el oro en el programa libre.
Sin embargo, las presiones del contexto se notaron sobre el hielo. Valieva resbaló tres veces durante su rutina. Fue en saltos y movimientos simples para el nivel que había demostrado durante el último tiempo. Por eso, apenas terminó su presentación, se tapó la cara con las manos y rompió en llanto.
Valieva quedó en el cuarto lugar, fuera del podio, con un acumulado de 224.09 puntos. Sus compatriotas Anna Shcherbakova (255.95) y Alexandra Trusova (251.73) ganaron el oro y la plata, mientras que la japonesa Kaori Sakamoto (233.13) se quedó con el bronce y evitó que, por primera vez, un país ganara el pleno de medallas en esta prueba.
¿Cuál fue el argumento principal del TAS para fallar en favor de la atleta? Su edad. Como menor, es «una persona protegida» por los reglamentos del COI y de la AMA y está sujeta a normas diferentes que un deportista adulto.
«El comité consideró que impedir que compitiera le causaría un daño irreparable en estas circunstancias», indicó el director general del TAS, Matthieu Reeb.
El Tribunal, además, reclamó a la AMA por haber tardado en dar a conocer el positivo, sabiendo que Valieva estaba llamada a ser una de las grandes estrellas de Beijing, y destacó que, si hubiera actuado más rápido, el daño al prestigio de los Juegos habría sido menor.
Durante la audiencia, la defensa de Valieva aseguró que la patinadora ingirió la droga por una contaminación que se produjo con un medicamento que toma su abuelo. Aunque este miércoles se conoció que su muestra contenía además hipoxeno y L-carnatina, otras drogas para tratar problemas cardíacos que no están prohibidas.
«Encontrar esas tres sustancias es un indicio de que algo más serio está ocurriendo. Esta pobre joven merece más. Está siendo devorada por los abusos del sistema estatal ruso», aseguró Travis Tygart, director de la agencia antidóping de Estados Unidos.
El Comité Olímpico y Paralímpico de su país fue aún más duro y denunció que Rusia, otra vez, evitó pagar por su desobediencia.
«Estamos decepcionados con el mensaje que esto envía. Los atletas tienen derecho a saber que están compitiendo en igualdad de condiciones. Lamentablemente, hoy, ese derecho está siendo negado», afirmó en un comunicado tras la decisión del TAS. «Este parece ser otro capítulo en el desprecio sistémico y generalizado por el deporte limpio por parte de Rusia», agregó.
Más allá de que la investigación final podría terminar con una sanción definitiva a Valieva (y la pérdida de las medallas que gane en Beijing), el caso podría sentar un peligroso precedente.
La resolución del TAS y la aceptación del fallo por parte del COI -que quedó en la mira por suspender la ceremonia de premiación de la prueba por equipos y planea cancelar también la de la prueba individual, si la rusa gana una medalla- podría ser interpretado como un «pase libre» a los menores en cuestiones de dóping.
Además, abrió la discusión sobre cuánta responsabilidad tiene en el positivo Valieva, una menor de edad, y cuánta su entorno, en especial su entrenadora Eteri Tutberidze, muy criticada por los duros métodos que usa con sus pupilas.
El COI pidió a la AMA que se investigue a quienes acompañan a la patinadora y la RUSADA anunció que lo hará también por su lado.
«Debe ser una llamada de atención para exigir una reforma para poner fin al dopaje de los atletas menores. No se puede permitir que un país que dopa sistemáticamente a sus atletas participe en el deporte internacional«, denunció la asociación independiente de deportistas Global Athlete, en una lectura compartida por muchos.
El caso Valieva es mucho más que un positivo que proyectó una vez más la sombra del dopaje ruso sobre el deporte olímpico. Y está lejos de haber terminado.
Sus rivales, del enojo a la compasión
El dóping de Kamila Valieva salpicó a la competencia de patinaje artístico de los Juegos Olímpicos de Beijing y sus rivales, protagonistas involuntarias de un escándalo que toma cada vez mayor dimensión, expresaron opiniones divididas sobre el caso.
«Una deportista dopada compitiendo con otras limpias no es justo», analizó la estadounidense Alysa Liu.
La nacida de California, de 16 años, quien competirá este jueves en el cierre de la prueba individual, se lamentó no haber podido subir al podio tras ganar la plata en la prueba por equipos con sus compatriotas.
«Es un poco extraño. Habría sido bonito recibir la medalla con todo el equipo estadounidense», comentó, aludiendo a la resolución del COI de cancelar esa ceremonia de medallas, algo que hará también con la individual si Valieva, como se espera, termina entre las tres primeras.
«Obviamente no estamos en igualdad de condiciones para competir, como debería ser, y no es justo para las otras patinadoras», destacó la británica Natasha McKay, no clasificada para el programa libre.
La japonesa Kaori Sakamoto, tercera en la clasificación tras el programa corto, se mostró incómoda. «¿Si siento pena por ella? Creo que no… Estoy centrada en el deporte, en la competición, y en este momento intento no pensar en cosas así», aseguró.
Madeline Schizas quedó cuarta en la competencia por equipos con Canadá y podría subirse al podio si Rusia y Valieva pierden el oro por el dóping. Pero evitó hacer comentarios. «No puedo dejar que nada que esté fuera de mi control me haga descarrilar». aseguró.
Mariah Bell, también integrante del equipo estadounidense, afirmó: «Es un tema delicado. Solo puedo decir que yo abogo por un deporte limpio».
También hubo voces de apoyo para la joven estrella rusa. «Lo siento por ella. Es simplemente un objeto en manos de adultos que la rodean. Tengo mucha empatía por ella, ya que después de todo lo que ha pasado, volvió al hielo y luchó», afirmó la suiza Alexia Paganini.
Y la ucraniana Anastasia Shabotsova, que trabajó en su momento con Eteri Tutberidze, entrenadora de Valieva, comentó: «Kamila no necesita doparse. Es ridículo pensar que tomaría algo. Tiene mucho talento y trabaja mucho».
HS
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