Europa occidental y Estados Unidos buscan sancionarlas tras la masacre de Bucha.
La masacre de Bucha dejó en shock al mundo. Tras el horrendo hallazgo de decenas de cadáveres de civiles ejecutados en una calle de esta ciudad del norte de Kiev, Occidente analiza sancionar a Rusia e, incluso, la medida alcanzaría a Mariya y Katerina, las hijas de Vladimir Putin.
El castigo intenta sumar presión contra el Kremlin mientras se agrava la situación de la guerra en Ucrania.
De acuerdo a lo que señalaron diferentes medios internacionales, The Wall Street Journal entre ellos, tanto la Unión Europea como Estados Unidos estudian un embargo del patrimonio de ambas jóvenes.
Sin embargo, la medida parece ser más simbólica que efectiva. Ocurre que no se conocen con exactitud cuáles son los bienes que pueden llegar a tener y, tanto es el secretismo que gira a su alrededor que nunca se confirmaron sus nombres oficialmente e, incluso, las dos tienen diferentes apellidos.
Quiénes son Mariya y Katerina, las hijas de Putin
Vladimir Putin en contadas ocasiones habló públicamente sobre su familia. Pero, según el Kremlin, tiene dos hijas -Mariya y Katerina- con su primera esposa, Lyudmila Shkrebneva, de quien se divorció en 2013.
Las jóvenes se han mantenido en gran medida fuera de la vida pública, hasta el nivel de que muchos rusos no saben cómo son.
Solamente en una ocasión, en una conferencia de prensa en 2015, el presidente ruso se refirió a ellas. «Están dando los primeros pasos en sus carreras, pero están progresando. No se han involucrado en el mundo de los negocios o en la política”, aseguró en aquel entonces.
Entre lo poco que se sabe, hay datos sobre sus edades y actividades. Según Forbes, Mariya (36) y es endocrinóloga, y Katerina Tikhonova (35) es empresaria.
“Ellas viven en Rusia. Y no se han educado en ninguna otra parte que no sea en Rusia”, aseguró su padre en esa oportunidad. Y detalló: “Estoy orgulloso de ellas. Continúan estudiando y trabajando y hablan tres idiomas europeos con mucha facilidad”.
Sin embargo, de acuerdo a lo que se ha podido conocer, las jóvenes pasaron su vida entre su país y Europa Occidental, conservan una posición alta en el mundo de los negocios y la elite rusa, y tienen un gran poder económico.
Mariya nació el 28 de abril de 1985 en San Petersburgo (Leningrado, en ese momento) y Katerina Tikhonova, el 31 de agosto de 1986 en Dresde, Alemania Oriental, mientras Putin se desempeñaba como espía de la KGB, la policía política soviética.
Luego de la caída de la Unión Soviética, la familia se instaló en la actual San Petersburgo y, pese a las afirmaciones de Putin, distintas fuentes aseguran que ambas fueron educadas en Alemania.
Este 28 de abril, la mayor de las hijas de Putin cumplirá 37 años. Como indica Bloomberg, es médica y dirige un centro de Inteligencia Artificial (IA) en la Universidad Estatal de Moscú.
Desde hace años, Mariya está casada con Jorrit Faasen, un empresario holandés, vinculado a la compañía rusa Stroitransgaz. Ambos vivieron durante un tiempo en Voorschoten, una exclusiva zona cercana a La Haya.
En 2015 la pareja se vio obligada a abandonar esa casa y mudarse a Moscú, luego de que Rusia fuese acusada de derribar un avión que viajaba entre Holanda y Malasia y cuyos 294 ocupantes murieron.
Como detalló El País, en ese entonces se viralizó el lujoso estilo de vida que llevaban y varios activistas llegaron a pedir su deportación.
Por su parte, Katerina Tikhonova, la hija menor, es física y matemática. Trabaja en Nomenko, una empresa del sector de salud.
Estuvo casada entre 2013 y 2018 con Kiril Shamalov, un joven multimillonario, hijo de Nikolai Shamalov, miembro del ultraselecto círculo que rodea a Putin.
La hija «secreta» de Putin
Elizaveta Krivonogikh es una adolescente. Según algunas fuentes, tiene 18 años; según otras, 19. Hasta hace poco tiempo, como todos los teenagers, era extremadamente activa en redes sociales. En sus cuentas -donde se hacía llamar Luiza Rozova- posteaba sus lujos y excesos.
La oposición rusa sostiene que la madre de Elizaveta es la ex empleada de limpieza Svetlana Krivonogikh, de 46 años. “Era solo una niña bonita, pero ahora se ha convertido en una mujer increíblemente rica, accionista del Rossiya Bank”, denunció Alexei Navalny hace poco más de un año.
Sobre la relación entre Putin y Krivonogikh, ésta supuestamente habría comenzado en la década de 1990. De acuerdo a lo que indican algunos testimonios, la pareja se habría conocido cuando él aún se encontraba en San Petersburgo (Leningrado).
Se dice que la mujer estuvo con él durante el periodo en que fue jefe del servicio de contrainteligencia del FSB, primer ministro, y durante su primer mandato como presidente ruso, cuando su hija fue concebida.
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