A Patrick Stuebing y Susan Karolewski los separaron varias veces pero hoy, tras 20 años, siguen juntos. Crónica de una relación prohibida.
“Nos enamoramos de adultos y nuestro amor es real. No hay nada que podamos hacer al respecto. Ambos nos atraíamos el uno al otro y luego la naturaleza se hizo cargo de nosotros. Fue así de simple. «¿Qué más podríamos hacer? Seguimos nuestros instintos y nuestros corazones».
Con estas palabras, Patrick Syuebing (44) describió la relación de pareja que desde hace más de dos décadas mantiene con Susan Karolewski (37); un vínculo del que nacieron cuatro hijos y que no habría generado ninguna polémica de no ser por un dato: son hermanos.
Esta es la historia de un amor difícil, controvertido; uno que sacudió las estructuras y aún busca su destino; uno que pelea por la legalización del incesto entre hermanos.
Dolorosas infancias
Patrick nació en Leipzig, Alemania, en 1977. Era el tercero de los ocho hijos de una familia de muy bajos recursos. Luego de ser atacado a los 3 años por su padre alcohólico, que lo lastimó con un cuchillo, quedó bajo la protección de los servicios sociales y fue dado en adopción.
Junto a su nueva familia, el pequeño creció en Portsdam, a unos 160 kilómetros de distancia de su hogar natal.
Susan nació en 1984. Llegó a este mundo exactamente el mismo día en que sus padres firmaron el divorcio. La niña, que tiene una discapacidad mental, creció en el mismo hogar violento y abusivo del que su hermano había podido escapar un tiempo antes, describe The Sun.
A lo largo de su vida, recibió poca educación y apenas podía -y puede- leer y escribir. Su madre, Ana Marie, era una fumadora empedernida y nunca tuvo un empleo; sin embargo, con frecuencia la dejaba sola en casa o recibía a sus amantes mientras la niña se encontraba allí, junto a ella.
Con respecto al resto de los hermanos, algunos murieron después de nacer con diferentes discapacidades y uno fue atropellado en la calle cuando tenía 7 años.
Familia reencontrada
Al cumplir 18 años, Patrick Stuebing quiso conocer su origen. Poco era lo que recordaba de aquella agresiva familia de la que lo habían separado. Por eso, decidido, comenzó a buscar a sus padres biológicos.
Casi cuatro años le demandó la búsqueda hasta que finalmente consiguió dar con su madre. Y a través de ella, de esa mujer tan desatendida como despiadada, conoció a Susan.
Corría el año 2000, empezaba un nuevo siglo. Y, al mismo tiempo, empezaba una nueva historia para los hermanos.
A los seis meses del reencuentro, Ana Marie, la madre de ambos murió de repente tras sufrir un paro cardíaco. En ese entonces, Patrick tenía 23 años y Susan, 16.
La joven también vivía con Andre, uno de sus hermanos discapacitados, pero él falleció ese mismo año.
Amantes (y amores) prohibidos
La adolescente quedó sola. Desamparada. El vínculo con Patrick se fue haciendo cada vez más cercano; la dependencia más fuerte. Y de compartir la habitación pasaron a compartir la cama.
Comenzaron a dormir juntos meses después de la muerte de su madre. Entre enero y agosto de 2001, se reveló durante un juicio años más tarde, se acostaron dieciséis veces.
«No nos conocíamos en la infancia, no es lo mismo para nosotros. Nos enamoramos de adultos y nuestro amor es real. No hay nada que podamos hacer al respecto», dijo Susan, en 2007, en una entrevista con The Daily Mail.
Y describió: «Ambos nos atraíamos el uno al otro y la naturaleza se hizo cargo de nosotros. Fue así de simple. ¿Qué más podíamos hacer? Seguimos nuestro instinto y nuestros corazones«.
En ese tiempo, Patrick tuvo que hacerse cargo de todo: protegió a su hermana y se convirtió en la cabeza de su familia. «Ella es muy sensible, pero nos ayudamos mutuamente durante este período tan difícil y, finalmente, esa relación se volvió física«, detalló el joven sobre aquellos días.
Él ya había estado con otras mujeres. Ella, aún era virgen. «Ni siquiera sabíamos que estábamos haciendo algo malo cuando empezamos a dormir juntos. No pensamos en usar un condón. No sabíamos que era ilegal dormir juntos«, afirmó sobre el vínculo según el medio británico.
Cárcel y cuestionamientos
Sin tomar recaudos a la hora del sexo, rápidamente Susan quedó embarazada. En octubre de 2001, cuando ella apenas tenía 16 años, nació Erik, su primer hijo.
Hoy, con 20 años cumplidos, el joven apenas puede caminar o hablar correctamente.
En ese momento, una enfermera tuvo algunas sospechas sobre la situación y le avisó a la policía. Patrick fue castigado con un año de prisión en suspenso. Susan, con tan sólo 17 años, fue tratada como menor por lo que la pusieron bajo cuidado oficial, informó The Sun.
La pareja continuó reuniéndose en secreto y Susan tuvo tres hijos más. Siempre encubría su panza de embarazada con prendas amplias y abrigos holgados.
Sola, y aún bajo supervisión oficial, tuvo que dar a luz sola, escondida en el baño. Finalmente, y tras el segundo nacimiento, la Justicia se puso firme y Patrick fue obligado a cumplir dos sentencias de cárcel por cargos de incesto.
Cuando lo llevaron preso por última vez, Susan, llorando, le dijo a los medios alemanes que no podía vivir sin él. Tanto así, que amenazó con suicidarse. Sin embargo, mientras su hermano estaba encerrado, ella quedó embarazada y tuvo un quinto hijo con otro hombre.
Con respecto a este último, la joven renunció a sus derechos y el niño creció con su papá.
Es que siempre quiso estar en pareja con Patrick. En este sentido, tras la liberación de su hermano, sostuvo: «Estoy tan feliz de que Patrick esté aquí y de tenerlo de nuevo. Lo necesito», publicó The Daily Mail.
Los hijos
Sarah, la segunda hija de la pareja, que hoy tiene 19 años, también nació con una discapacidad. Nancy (18) y Sophia (17), aparentemente no tienen problemas.
Los tres primeros niños fueron dados en guarda provisional a familias adoptivas. La última beba, en cambio, fue concebida unas semanas antes de que su padre fuera encarcelado por segunda vez en octubre de 2004, y siempre vivió con la pareja.
En un momento, Patrick se sometió a una vasectomía. Con esta decisión de esterilizarse buscaba, erróneamente, evadir la prisión al no tener más hijos con su hermana.
Hablando sobre este en 2007, Patrick afirmó: «Dos de nuestros hijos están discapacitados, pero eso no tiene necesariamente que ver con el hecho de que somos hermanos«.
Y continuó, según The Sun: «Hay personas discapacitadas en nuestra familia. Teníamos seis hermanos y hermanas que no sobrevivieron, en algunos casos, porque estaban discapacitados».
Además, la pareja insiste con que podrían no haber tenido tantos hijos si no les hubieran quitado el primero.
La (interminable) batalla judicial
En 2004, luego de someterse a la vasectomía, Patrick intentó cambiar la ley alemana que prohíbe el incesto con la intención de, en aquel entonces, poder salir de la cárcel.
Sin embargo, 4 años más tarde, el Tribunal Constitucional Federal de Alemania confirmó la Ley y rechazó su apelación.
Tiempo después, en 2012, llevaron su desafío ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, argumentando que la pareja tenía derecho a la vida familiar y a la privacidad.
Nuevamente, la apelación fue rechazada después de que el tribunal creyera que las autoridades alemanas habían tratado a la pareja de manera justa, publicó The Sun.
Pero en 2014, el Consejo de Ética Alemán dio un giro sorprendente y votó a favor de permitir el incesto entre hermanos. En este sentido, y después de revisar el caso, los expertos sostuvieron que el riesgo de discapacidad de los herederos no es suficiente para justificar la Ley.
Poco se sabe hoy de Patrick y Susan. Se cree que aún viven juntos con su hija Sophia en el Este de Alemania. Un lugar en el que aún el incesto entre hermanos es ilegal.
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