El viejo orden está comenzando a desaparecer y se extingue con la soberana, quien ahora abre las puertas a una nueva realeza.
En sus 70 años en el trono, la reina Isabel ha sido la encarnación de la estabilidad y la continuidad, en un momento de inmenso cambio social y económico en Gran Bretaña. Aun ausente en la ceremonia de acción de gracias por sus problemas de salud, la soberana ha permitido el ingreso de una nueva generación Royal para acompañarla y reemplazarla en las ceremonias para consolidar la monarquía y su futuro.
La Reina comenzó su reinado en una era de deferencia, división estricta de clases y acentos, cuando Londres todavía era la capital de un imperio global. En más de mil años de historia nacional, ningún monarca ha reinado tanto tiempo como la reina Isabel II.
Los cuatro días de celebraciones del Jubileo de Platino no solo marcan sus 70 años en el trono. También rinden homenaje a su extraordinario éxito en representar a la nación, defender sus valores y encarnar un sentido de nación y continuidad, en un momento en que el país ha cambiado más allá del reconocimiento del reino que heredó, en una fría mañana de febrero de 1952.
Los logros de la Reina
El logro de la Reina, reconocido ahora por casi todos los británicos, en el Commonwealth y en todo el mundo, ha sido adaptar su papel y el concepto de monarquía a un mundo que cambia rápidamente mientras ella representa una estabilidad vital. Ella se adapta a los cambios sin cambiar.
Un reinado que abarca tres generaciones, en un país que es otro. Londres no es más la capital del imperio sino una ciudad multicultural, una Babel, en un reino donde existen hoy 3 millones de musulmanes. Los ministros del gabinete provienen de minorías étnicas.
Más que cualquier otra,el Commonwealth es una causa en la que se involucran el alma y las emociones de la Reina. Ha realizado 22 visitas a Canadá y 16 a Australia. Entabló amistad con algunos líderes de Commonwealth, en particular Nelson Mandela. Fue el único líder extranjero que la llamó simplemente “Elizabeth” y pudo telefonearla directamente a cualquier hora del día.
Pero el vínculo comenzará a esfumarse cuando ella desaparezca. El Commonwealth de las ex colonias busca su liberación de tener al soberano británico como jefe de Estado. Incluidos Australia y Canadá. Pero no será antes de su muerte.
Ha sido guiada por una fe anglicana cuando es la jefa de la iglesia. Aunque nunca ha dado una conferencia de prensa, sus apariciones en televisión se han vuelto cada vez más seguras. Tal vez ninguna más que su transmisión en el peor momento de de la pandemia cuando recordó a Vera Lynn, la voz británica de la segunda guerra mundial, diciéndole a la nación: “Nos volveremos a encontrar”.
Conservar el misterio
Conservadora, inescrutable, defensora del misterio de la monarquía, la Reina ha cometido escasos errores en su reinado. Su actitud frente a la muerte de la princesa Diana al quedarse en el palacio de Balmoral, su tardía respuesta, serán contados como uno de sus más peligrosos errores. La monarquía estuvo en juego pero ella logró adaptarse y sacarla de la crisis.
La actual reconciliación de la Familia real y un acercamiento entre Harry y William será también su herencia. Será su última crisis.
Un país muy dividido
El estado de ánimo de Gran Bretaña no debe malinterpretarse. El respeto por la Reina se extiende por toda Gran Bretaña, pero no es incondicional ni está exento de importantes matices.
Isabel II es la mejor considerada y popular de todos los miembros de la realeza. Pero respeto no es lo mismo que apoyo entusiasta. Las actitudes hacia la monarquía están cambiando, en un país dividido por el Brexit, afectado por la pandemia, con una crisis política con Boris Johnson en el gobierno conservador.
El apoyo ha disminuido en la última década y es más bajo entre los jóvenes. Se apoya en aquellos que tienen más de 40 años. El respeto que la Reina se ha ganado en la vejez puede no ser fácilmente transferible a otros o a la institución en la forma en que piensan los optimistas Royals.
No es lo mismo la reina Isabel que su heredero, el príncipe Carlos, excéntrico, involucrado en disputas con los ministros por las políticas o el temperamental William, con un histórico mal carácter. Deberán ganarse la adhesión de los súbditos pero seguramente con serios cambios y modernizaciones.
¿Quiénes apoyan a la monarquía?
La Gran Bretaña que se reunió en el Mall el jueves, ondeando sus banderas, fue grande y significativa, pero no típica. En los sondeos de una semana atrás, el 54% de los británicos dijo que no estaba interesado en el jubileo de platino y el 43% que dijo que sí.
Los únicos grupos demográficos, en los que más de la mitad estaba interesada en el jubileo, eran los votantes conservadores y los mayores de 65 años.
La Reina está disminuyendo la velocidad de su agenda. Sabe que el viejo orden está comenzando a desaparecer. Se extingue con ella. Este jubileo no puede entenderse sin este contexto.
Termina un período largo, estable y feminizado en la historia de la monarquía. Se avecina un período de incertidumbre, cuando un nuevo rey debe intentar rehacer el pacto entre la corona y el público, en una Gran Bretaña que ha cambiado profundamente desde 1952, cuando la Reina sucedió a su padre.
“Uno de los efectos ocultos de este año del Jubileo es que el público empieza, lentamente, a pensar en el futuro. Este proceso debe ser fomentado. Pero el futuro de la monarquía no es ni debe ser una cuestión exclusiva del nuevo rey.
«Es una pregunta para el público y para el parlamento. Para que la monarquía constitucional de Gran Bretaña avance mejor con los nuevos tiempos, si es que puede hacerlo, se necesita una conversación pública», escribió The Guardian en su editorial.
Morir en el trono
La reina va a morir en el trono. Delegará pero no abdicará. Seguirá siendo la jefa de la monarquía histórica, su mentora, aunque sean sus hijos o nietos los que están en las representaciones públicas.
Pero los británicos van a empezar a discutir otra clase de monarquía, su responsabilidad, sus fondos y el rol del monarca como jefe de estado de otros países. Un anacronismo imperial. Hoy es el Jubileo de Platino. Pero luego comienza otra época en el reino, con una soberana que cada semana verán menos.
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