Un estudio liderado por la Escuela de Salud Pública de Harvard evaluó el impacto de la actividad física en la salud cardiovascular.
Un nuevo estudio halló un menor riesgo de muerte en adultos que realizan actividad física, a largo plazo, entre 150 y 600 minutos por semana. Los resultados fueron publicados en la revista Circulation de la Asociación Americana del Corazón.
«El impacto potencial de la actividad física en la salud es grande, pero aún no estaba claro si realizar niveles elevados de actividad prolongada, por encima de lo recomendado, proporciona beneficios adicionales o efectos nocivos para la salud cardiovascular«, dijo Dong Hoon Lee, investigador de la escuela de salud pública de la Universidad de Harvard.
Para responderlo, el equipo evaluó datos de mortalidad y registros médicos de más de 100 mil personas de Estados Unidos, con un promedio de 66 años de edad. Les hicieron un seguimiento durante 30 años, un «largo plazo» que fue destacado por el investigador.
«Nuestro estudio aprovechó medidas de actividad física autoinformadas durante décadas para examinar la asociación entre la actividad física a largo plazo y la mortalidad», comentó.
El autor destacó que la investigación «proporciona evidencia para guiar a las personas a elegir la cantidad y la intensidad correctas de actividad física a lo largo de su vida para mantener su salud en general».
Cuánta actividad física conviene hacer
El estudio tomó como parámetro las guías actuales de la Asociación Americana del Corazón, basadas en las pautas de actividad física del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, elaboradas en 2018.
La entidad recomienda hacer, por semana, al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado o 75 minutos de actividad vigorosa o una combinación de ambos.
La «actividad moderada» se definió como caminar, hacer ejercicio de baja intensidad, levantamiento de pesas y calistenia (disciplina que se realiza sobre estructuras de barras simples, usando el peso del propio cuerpo).
Mientras que la denominada «actividad vigorosa» incluye trotar, correr, nadar, andar en bicicleta y otros ejercicios aeróbicos.
Durante el tiempo de estudio, el riesgo de mortalidad se redujo entre quienes realizaron entre el doble y el cuádruple del ejercicio recomendado. Por ejemplo:
* Los participantes que cumplieron con las pautas de actividad física vigorosa (como mínimo 75 minutos por semana) observaron, a largo plazo, un riesgo general 19% menor de muerte por todas las causas.
* Entre quienes hicieron entre el doble (150 minutos) y el cuádruple (300 minutos) de esa recomendación, la cifra ascendió hasta entre el 21% y 23%.
* Los participantes que cumplieron con las pautas de actividad física moderada (como mínimo 150 minutos por semana) observaron, a largo plazo, un riesgo del 20% al 21% menor de muerte por todas las causas.
* Quienes ejercitaron el doble (300 minutos) y el cuádruple (600 minutos) fueron beneficiados con un riesgo del 26% al 31% menor.
Entonces, ¿cuánto es lo ideal? «La menor mortalidad se logró realizando, a largo plazo, de 150 a 300 minutos por semana de actividad vigorosa, de 300 a 600 minutos por semana de actividad moderada, o una combinación de ambos», concluyó la investigación.
Alto rendimiento y salud cardiovascular
Estudios previos habían encontrado evidencia de que, a largo plazo, practicar ejercicios de resistencia y alta intensidad -como maratones, triatlones y carreras de ciclismo- podría aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares.
En esta nueva investigación, no obstante, no se encontraron efectos nocivos para la salud cardiovascular entre quienes informaron hacer más del cuádruple de la actividad mínima recomendada, ya sea en forma moderada (es decir, más de 600 minutos por semana) o vigorosa (más de 300 minutos por semana).
«Este hallazgo podría reducir las preocupaciones en torno al posible efecto nocivo de realizar altos niveles de actividad física observados en varios estudios anteriores», concluyó Lee.
Sin embargo, participar en actividad física de alta intensidad a largo plazo ( más de 300 minutos por semana) o actividad física de intensidad moderada (más de 600 minutos por semana) a niveles que superan más de cuatro veces el mínimo recomendado no proporcionó ninguna reducción adicional en el riesgo de muerte.
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