La detective Ali Marsh cuenta los secretos de su trabajo y claves para detectar una infidelidad.
Ali Marsh nunca se sorprende al enterarse del último escándalo de infidelidad de celebridades. La mayor parte de su trabajo como directora de una agencia de investigación privada proviene de cónyuges desconfiados, y a partir de su experiencia cuenta algunos secretos.
La especialista de 54 años cuenta cómo es realmente su trabajo y revela claves para saber si tu pareja está traicionando tu confianza.
Motivación y primeros casos
La investigadora recuerdo uno de sus primeros casos en el que un hombre empezó a desconfiar porque su esposa había comenzado a actuar con frialdad hacia él. Y que todos los miércoles por la noche salía y volvía a casa mucho más feliz, por lo que sospechaba que lo estaba engañando.
«Empecé observándola ir y venir durante algunos miércoles. Noté que su vecino de al lado también salía a la misma hora ese día. Lo seguí y pronto descubrí que estaban teniendo una aventura», asegura con fruto de su trabajo e informa Mirror.
El cliente estaba angustiado, pero como todos cuyos cónyuges le han sido infieles, saber que tenía razón al sospechar le permitió enfrentar lo que estaba sucediendo y seguir adelante con su vida.
La mujer además confirma que casi la totalidad de los clientes que acudieron a ella sospechando infidelidad tenían razón. «Creo que en el fondo saben que sus cónyuges tienen una aventura, pero como se los niegan necesitan la confirmación de una tercera persona”, explica quien trabajaba con adultos mayores con demencia.
Y cuenta: «Me interesé por primera vez en el trabajo de investigación cuando fui asaltada a punta de cuchillo por un adicto que buscaba dinero para comprar drogas. Al principio traté de discutir con él, pero se abalanzó sobre mí, así que le arrojé mi bolso y salí corriendo hacia un callejón oscuro».
Psicología criminal
Cuando el padre de Ali murió hace unos años decidió abandonar su trabajo con personas mayores y cambiar de sentido en su carrera.
«Me inscribí en cursos de criminología, medicina forense y psicología criminal y cuatro años más tarde, a la edad de 50 años, abrí mi propia agencia de investigaciones privadas en casa», afirma la mujer cuya familia evita preguntarle cuestiones de su trabajo.
Lejos del pensamiento que la mayoría posee, la vigilancia no se parece en nada a lo que se muestra en la televisión. «Estás solo sin nadie con quien charlar para pasar el tiempo. A veces escucho un podcast o algo de música, pero no puedes hacer nada que te pueda hacer perder de vista tu objetivo», admite.
«No tienes que desplazarte por el teléfono ni salir a dar un paseo. Y hay que tener una vejiga muy fuerte para aguantar«, ejemplifica quien cuenta que en una oportunidad debió esconderse de un segundo a otro detrás de un arbusto con su cámara fotográfica cuando estaba por atrapar en el acto.
Y da a conocer una de sus estrategias: «Siempre tomo una correa para perros y fotos de un perro cuando estoy trabajando, asó si alguien pregunta qué hago dando vueltas pongo la excusa que estoy buscando a mi mascota. ¡Es el truco de un detective privado experimentado!».
Metodología de trabajo
Lo primero que hace Marsh ante un caso nuevo, expone, es trabajar sobre Internet. Todos dejan una huella en línea, incluso aunque crean que no lo hacen. También posee licencia para acceder a ciertos datos como investigadora.
«A menudo coloco un rastreador en un automóvil para ver si surge un patrón: no se puede vigilar a alguien todos los días de la semana porque sería demasiado costoso para el cliente», asegura quien lleva a cabo seguimientos de una semana o dos para obtener evidencia de video o fotografía.
«Cobra 85 dólares la hora y lo más que demoré en resolver un caso de infidelidad conyugal son tres semanas. A menudo es mucho más corto», lanza para hacer números quien investiga tanto para hombres como para mujeres.
Por lo general, entiende que debe mantener contacto después con sus clientes a menudo porque se sienten devastados por la confirmación de la infidelidad.
«También ayudo a encontrar personas desaparecidas y tengo una tasa de éxito del 98%, lo que me hace sentir muy orgullosa», jura la investigadora que hasta recibió parte de los derechos de autor por un libro que publicó una persona con su caso.
A la hora de mencionar más casos, comenta uno en que ayudó a una mujer que sospechaba de su marido. «Resultó que tenía múltiples aventuras, pero en el curso de la investigación descubrí que había creado una empresa en secreto. Eso la ayudó económicamente cuando se divorció de él», aclara.
Confianza en su instinto
Ali Marsh reconoce que desarrolló un instinto que en ocasiones la llevó a sospechar ella misma.
Y ejemplifica con esos casos de un pedido por correo electrónico sospechoso, que quieren que borre todo de inmediato.
También da a conocer un caso que se alegra de haber rechazado: un hombre que quería que localizara a su exnovia para recuperar el anillo que le había dado. «Dijo que era una reliquia familiar, pero mi instinto me dijo que algo no estaba bien, así que dije que no podía ayudarlo», recuerda.
Más tarde la Policía la contactó porque habían encontrado sus datos en la notebook del hombre. Había estado planeando matar a su ex e incluso había contratado a un asesino a sueldo. «Ahora está en prisión y me alegro de haber confiado en mi intuición», respira hondo y resalta que no hay nada sórdido ni ilegal en su tarea.
Cuatro signos para detectar una infidelidad
Marsh resalta algunas claves para tener en cuenta si es que piensa que su pareja es infiel.
- Estar con alguien nuevo es como un nuevo comienzo. Por eso hay que estar atentos a los cambios de apariencia, como el peinado o el vestuario.
- Prestar atención a cambios en la rutina. Si de repente están saliendo con más frecuencia, en otros horarios, etc etc.
- Si han evitado el gimnasio durante 20 años y de pronto están activos o levantando pesas, puede ser una señal de alerta de una posible aventura.
- Si recibe llamadas telefónicas y sale de la habitación para tomarlas, o comienza a llevar su celular al baño u otros lugares de la casa donde no lo hacía anteriormente para estar en soledad.
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