El despecho tiene que ver con el resentimiento. Si bien es parte del proceso de duelo, el riesgo es quedarse atrapado en ese circuito.
¿Cuántas veces escuchamos expresiones como “actúa por despecho”, “nada peor que una persona despechada” o “el despecho no es un buen consejero”?. Sin embargo, ¿sabemos claramente qué es el despecho?
La psicóloga argentina Valeria Bedrossian, especialista en terapia individual y de pareja, explicó que se trata de una herida emocional. “Tiene que ver con el dolor y el resentimiento que experimenta quien se siente afectado por la acción de otra persona, ya sea por una ofensa, por un engaño o por desamor”.
La fantasía de venganza y sus riesgos
La psicóloga (en Instagram, @valeria.bedrossian) aseguró que el despecho puede alimentar y promover fantasías e incluso acciones concretas de venganza.
El despecho puede alimentar y promover fantasías e incluso acciones concretas de venganza. Foto ilustración Shutterstock.
«Una cosa es experimentar la sensación de rechazo, ofensa o resentimiento por sentirse herido, y otra es actuar desde el núcleo de esa herida. En ese caso, la fantasía que subyace a la acción despechada es la resolución de la herida a través de afectar a ese tercero que nos ha dañado: aliviar el sufrimiento a través de la venganza«, sostuvo.
Como consecuencia, agregó, esto puede llevar a conductas obsesivas y adictivas que aumentan el grado de apego y consumen la energía vital del despechado. «Un infierno emocional«, describió la experta.
Si bien el despecho, como fantasía, puede considerarse parte del proceso de duelo, el riesgo es quedarse atrapado en ese circuito sin resolver la propia herida interna, sin poder elaborar la angustia y ni el apego a lo que nos daña. «El despecho impide desapegarse de quien ya no es digno de nuestro amor«, afirmó la psicóloga.
¿Qué es una herida emocional?
Bedrossian mencionó que las heridas emocionales son producto del impacto de experiencias negativas que condicionan nuestra forma de relacionarnos, de sentirnos en relación a nosotros mismos o que afectan nuestra forma de afrontar la vida.
Las heridas emocionales son producto del impacto de experiencias negativas que condicionan nuestra forma de relacionarnos. Foto ilustración Shutterstock.
Hay hechos que fueron dejando una impronta negativa en nuestro psiquismo, y que nos condicionan sin darnos cuenta.
Así, explicó, cuando nos encontramos repitiendo patrones de conducta en diferentes relaciones, cuando algunas situaciones nos afectan demasiado, cuando nos es imposible soltar una relación que nos daña, es señal de estar siendo afectados por esas heridas que es necesario revisar y sanar.
Pero para soltar, es necesario recuperar las partes de uno que quedaron depositadas en esa relación y resolver el apego emocional interno. En ese contexto, es necesario poder identificar el propio modelo de apego para no seguir repitiendo ese patrón en futuras relaciones.
«Un desengaño también puede ser una oportunidad para replantearnos nuestras formas de relación y acceder a formas más sanas y evolucionadas, dejando atrás todo aquello que nos daña y ya no nos identifica», cerró la especialista.
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