La agenda de Mohammed VI apenas tiene compromisos y los marroquíes no lo ven desde diciembre. Un sesentón que se siente adolescente y la nociva presencia de sus amigotes Abu y Ottmar Azaitar.
Las largas ausencias del rey Mohammed VI en Marruecos despertaron una gran preocupación en el país, sobre todo entre el ‘Majzén‘, como se conoce al poder en la sombra que ejerce el entorno del monarca.
El rey no es visto públicamente desde que, en diciembre de 2022, celebró en Rabat la victoria de la selección de Marruecos sobre España en el Mundial de Qatar y se sabe que regresó en marzo para el Ramadán.
Desde entonces la agenda oficial de Mohammed VI es escasa, más allá de citas ineludibles en su agenda, como la «Fiesta del Trono» o la conmemoración de la Marcha Verde en noviembre.
El año pasado, Mohammed VI pasó 200 días fuera del país. Cinco meses estuvo en Francia, donde dispone de dos residencias privadas, bajo el argumento de que quería estar más cerca de su madre, Lalla Latifa, que está muy enferma y que reside en Neuilly, cerca de París. También estuvo en Gabón, donde dispone de una residencia en Pointe Denis.
«Vamos en un avión sin piloto», dijo un antiguo alto funcionario de la corte a The Economist. «No está interesado en el poder, lo único que quiere controlar es su vida», dijo otro cortesano.
De 61 años, Mohammed VI es el 18° rey de la dinastía alaouita de Marruecos, pero nunca demostró pasión por el arte de reinar. Pasó una infancia dura y aislada y su gran «liberación» llegó cuando era adolescente y pudo ir al extranjero para seguir estudiando.
El año pasado, Mohammed VI pasó 200 días fuera del país. Pese a todo pocos marroquíes se atreven a hablar de «abdicación».
Tras su ascenso al trono, cuando su padre murió en 1999, Mohammed VI se encargó de modernizar la monarquía, alejándose del tradicionalismo impuesto por su padre y despidiendo a muchos de quienes componían entonces su ‘corte’ para nombrar a amigos y personas de su confianza.
También disolvió el harén que heredó de su padre, que disponía de entre 200 y 300 mujeres, y se convirtió en el primer monarca marroquí monógamo. La esposa que él mismo eligió, la ingeniera informática Salma Bennani, fue la primera consorte real a la que los marroquíes conocieron el rostro.
Mohammed VI se aburrió y dejó claro que sus intereses eran más mundanos, relacionándose en particular con personajes del mundo musical. Abandonó los deportes, engordó y comenzó a esconderse de la vista pública.
«Cuánto más mayor se hace, más joven se comporta», dijo un amigo de la infancia.
Los hermanos Azaitar, los «rasputines» de Marruecos
El punto de inflexión en la vida del rey modernizador de Marruecos fue la llegada, en 2018, de los hermanos Abu Bakr y Ommar Azaitar, hijos de marroquíes nacidos en Alemania, conocidos como los «gemelos brutales», que se convirtieron prácticamente en una segunda familia del rey.
Cercanos al rey desde que se divorció de la princesa Salma, los Azaitar lo acompañan en sus viajes y, gracias a su proximidad con la monarquía, se beneficiaron adquiriendo propiedades y negocios en el reino. «Tienen carta blanca para usar el palacio como quieren«, reconoció una persona del entorno real.
La influencia de los hermanos es tal que incluso deciden a quién recibe Mohammed VI, lo que significó que en alguna ocasión que las puertas del palacio real se cerraran para altos cargos del Estado.
«Incluso les dicen a las hermanas y primos [del rey] que se vayan«, destaca un antiguo miembro del círculo más próximo a Mohammed.
«Mandonean a los ministros», se quejó un cortesano, mientras que un empresario agregó que los hermanos «tratan a los gobernadores provinciales como sus choferes». «El rey dejó muy claro a todos los ministros que pueden hablar en su nombre», develó un antiguo amigo del monarca.
La cercanía de los hermanos Azaitar con Mohammed VI despertó una preocupación extrema en el Majzén, la estructura de poder marroquí y el «poder en las sombras» del reino, entre otras cosas porque Abú Azaitar tiene antecedentes penales y estuvo dos años en prisión.
Los miembros del Majzén tomaron cartas en el asunto y, en desesperados intentos por salvar la reputación del rey y de la monarquía, filtraron informaciones sobre Abú Azaitar. En uno de los artículos publicados en la prensa oficialista se equiparaba su influencia con la de Rasputín.
El 1 de mayo de 2021, Hespress, el periódico digital más popular de Marruecos, publicó un artículo anónimo en francés que enumeraba los extensos antecedentes penales y las condenas de Abú Azaitar, un controvertido luchador de la UFC.
El artículo destacó la serie de condenas del combatiente que incluían «robo, extorsión, fraude, violencia física, conspiración criminal, fraude informático, tráfico de drogas, asalto, falsificación y resistencia a la autoridad».
Otro artículo publicado en Hespress analiza la colección de relojes de lujo de Abu Azaitar, que incluye dos relojes Richard Mille valorados en más de 400.000 euros y cuatro relojes Patek Philippe que oscilan entre los 150.000 y los 475.000 euros.
«Abu Azaitar, que da la sensación de estar feliz y orgulloso de tantos signos externos de riqueza, parece olvidar que es el individuo y su personalidad lo que hace el reloj, no al revés», analizaba la nota.
«Estos artículos virulentos estaban sin duda inspirados desde el Majzén con el fin de marginarlos pero no tuvo efecto», dijo al diario Le Figaro Ali Amar, director del medio digital marroquí leDesk. Por todo esto, el rey «ve al Majzén como al enemigo», explicó un confidente.
Harto de que los funcionarios del Establishment dirijan su vida, el rey se habría refugiado todavía más en sus peligrosos amigos, lo que lo habría llevado al aislamiento total cuando está en Marruecos, o a las largas estadías en el extranjero.
Un amigo del rey advirtió recientemente que el enfrentamiento del rey con el Majzén continuará y se agravará, y solo terminará cuando los hermanos Azaitar estén fuera del palacio.
ds
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