Hijos y nietos de la soberana dejaron de lado las peleas y se unieron para la celebración. Tradición y renovación en la Corona.
Eligió el color lavanda, ese azul pálido que usó en los casamientos reales, en las comidas de su querido Commonwealth y en el Jubileo del 2012. La reina Isabel II celebró este jueves, junto a millones de súbditos, los 70 años en el trono. El color de su tapado, su sombrero y el broche de diamantes significaba el status Platinum de esta histórica celebración de cuatro días.
Comenzó con Trooping the colours, un festival militar con soldados, caballos y bandas, para celebrar su cumpleaños oficial, pero se extiende a lo largo de todo el reino y sus ex colonias.
El fin de una época, una despedida a un estilo, a un espíritu de servicio y estoicismo inimitable. La primera vez en la historia que una reina cumple 70 años en el trono y no va a abdicar.
Desde el balcón del palacio de Buckingham y apoyándose en el bastón del duque de Edimburgo, su esposo fallecido, para enfrentar sus problemas de movilidad, la soberana sonrió, levantó su mano enguantada saludando a la multitud, rodeada de los 18 miembros de la Familia real “trabajadora”. Esa que planta árboles, corta cintas, inaugura placas en todo el país, en su nombre.
Gestos sobrios, medidos, acompañados de una sonrisa antes de desaparecer en el palacio.
La nueva familia real
Allí estaban, en orden protocolar, su hijo Carlos, el futuro rey, y Camilla, la próxima reina consorte; Kate y William, los duques de Cambridge, que son los otros herederos; los duques de Wessex y sus hijos. Fue Carlos quien la reemplazó en la ceremonia junto al príncipe William.
Fotos para la historia: la Nueva Familia Real y sus jerarquías en el balcón. Ser vistos para ser respetados y queridos, pero mantener el misterio para conservar la monarquía.
Pero el balcón y sus ausentes mostraba también la historia tumultuosa de una familia disfuncional, que nadie tiene que envidiar a las intrigas de los Borgia. La única constante era la reina Isabel, que va a morir en el trono, sin abdicación ni Regencia oficial.
Conoce ese balcón desde que sus padres la mostraron a sus súbditos, cuando tenía 14 meses. Casamientos, guerras, cumpleaños. Ese balcón es el testigo de la historia de la Casa de Windsor y su instrumento de poder, prestigio y ostracismo.
Las futuras reinas eligieron la gama de azul para este día soleado de primavera. Pero Kate, la duquesa de Cambridge y futura reina, no resistió la tentación de reciclar un vestido blanco de Alexander McQueen y los aros heredados de la princesa Diana.
Harry, Meghan y la ausencia de Andrés
Pero no estaban en ese balcón Harry y Meghan, los duques de Sussex, que llegaron a Londres en un avión privado desde su auto exilio californiano, en este proceso de reconciliación que ha planificado la propia soberana.
Presenciaron la ceremonia desde la ex oficina del duque de Wellington junto a Kate, la duquesa de Cambridge, Camilla, la duquesa de Cornwall, y todos los nietos y bisnietos de la reina. Un reencuentro histórico después de tanto odio.
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