La gira mundial de la cantante, con 76 fechas a precios de vértigo, puede duplicar su fortuna actual, cercana a los 500 millones de euros. Jay-Z, por su parte, ha conseguido 1.200 millones de euros con sus negocios, donde la música es casi lo de menos.
La artista con más Grammys de la historia, Beyoncé, tiene todo a punto para convertirse en milmillonaria en 2023. El Renaissance World Tour, una macrogira que arranca en mayo en Suecia y acabará en septiembre en Nueva Orleans, Estados Unidos, ya ha puesto en preventa sus entradas. Y los resultados están siendo cómo cabría esperar, considerando que Beyoncé lleva sin salir de gira desde 2018. En la preventa inglesa, por ejemplo, el precio dinámico ha llevado a doblar el valor de las entradas, en algunos casos, y los paquetes VIP alcanzan los 2.700 euros. El mismo caso que en Barcelona, donde la entrada más VIP cuesta 2685 euros más 257, 50 euros de gastos de gestión. Si le sumamos el euro que la cantante ha impuesto a todas sus entradas para causas benéficas, la experiencia más cercana a Beyoncé, en plataforma exclusiva y primera fila, saldrá en nuestro país por 2943,5 euros. La más barata, por su parte, son son 63,5 euros.
Esto implica que la reina Bey puede triplicar fácilmente los ingresos de sus tour más lucrativos: el que realizó junto a su marido Jay-Z en en 2018, del que se llevaron cerca de 200 millones de euros; y el tour Formation que acompañó al disco Lemonade, en 2016, que dejó ingresos cercanos a los 250 millones de euros sólo en entradas. Y eso que, en ambos casos, la cifra era muy inferior: 48 y 49 conciertos, respectivamente. Aquí estamos hablando de 76, que podrían convertirse fácilmente en 80: Beyoncé ha dejado huecos en el calendario en algunos de los puntos calientes de la gira, donde la alta demanda podría facilitar añadir más shows al calendario, algo que ha hecho en las ocasiones antes mencionadas. Como ya vimos en el caso de Taylor Swift, y está repitiendo Madonna, 2023 es el año de las grandes giras de las artistas. Beyoncé, tras coronarse en los Grammy, está en una posición incluso superior a la de Taylor Swift para romper todos los récords: puede ingresar fácilmente 700 millones de euros sólo con las fechas actuales, tras los que le quedarían limpios unos 500, siendo conservadores en ambos casos. Considerando que la cantante tiene actualmente una fortuna estimada en 500 millones de euros, la única pregunta que cabe hacerse hoy es quién se convertirá primero en milmillonaria: Swift o Beyoncé Knowles-Carter.
Su marido, Jay-Z, Shawn Carter, puede darle unas cuantas ideas de qué hacer con ese dinero. Hace años que el rapero se hizo milmillonario, aunque no exactamente gracias a la música, sino a sus inversiones. Productor, promotor, inversor y empresario, sus tentáculos han ido desde el gran pilar de Amancio Ortega, la inversión inmobiliaria, hasta las inversiones en empresas como Uber. O Tidal, una apuesta para competir con Spotify, que vendió en 2021 por 280 millones de euros… Y que había comprado por 52 millones en 2015. Una jugada similar a la que protagonizó ese mismo año con LVMH, cuando le vendió a los Arnault por 300 millones de euros la mitad de su marca de champán de lujo, Armand de Brignac.
Un modelo de negocio que conoce desde finales de siglo pasado, y que tiene sus orígenes en Rocawear, su propia marca de moda, que creó en 1997 de la nada y vendió 10 años después por 190 millones de euros. Hoy, 10 años después de haber cenado por primera vez con Warren Buffett, al que dejó impresionado con su instinto inversor, su fortuna acumulada alcanza los 1.200 millones de euros. Y su mujer va camino de alcanzarle.
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