Las encuestas para las elecciones parlamentarias de abril en el país nórdico sitúan a su partido, el socialdemócrata, con peores resultados que los conservadores y empatando con la extrema derecha
Desde fuera, Sanna Marin podría parecer una de las líderes socialdemócratas europeas más perfectas. La primera ministra finlandesa es el resumen de la figura política moderna que admira la izquierda. Su mandato empezó en 2019 encabezando una coalición de gobierno con cinco partidos de centroizquierda liderados todos ellos por mujeres. Tras asumir con 34 años la responsabilidad de convertirse en una de las jefas de gobierno más jóvenes en el mundo, su ejecutivo manejó con éxito la pandemia de COVID. Ahora su país afronta uno de los vuelcos más importantes en su historia con el proceso de solicitud de ingreso a la OTAN.
Nunca antes un primer ministro en Finlandia había generado tanta fama y admiración en el extranjero, teniendo también una elevada popularidad dentro del país nórdico. La prensa internacional y los expertos le han atribuido a la figura de Marin la capacidad de irradiar cambios y un nuevo tipo de liderazgo político. Y, sin embargo, hay muchas opciones de que Marin se vea relegada del cargo si su partido pierde las próximas elecciones parlamentarias, que se celebraran el 2 de abril.
La tendencia en las encuestas, entre ellas la última publicada por la cadena pública YLE, muestran que el partido socialdemócrata quedaría en segunda posición con unos resultados muy ajustados, por debajo del Partido de la Coalición Nacional (conservadores), y casi empatados en intención de voto con el Partido de los Finlandeses (ultraderecha y antiinmigración). Según los politólogos, también sería muy difícil reeditar la coalición de partidos que hasta ahora ha sustentado al Gobierno (socialdemócratas, Partido de Centro, Liga Verde, Alianza de Izquierdas y Partido Popular Sueco de Finlandia). Por ello, las probabilidades de que Marin siga al frente del Ejecutivo se complican.
Campaña con una agenda progresista
A pesar de los males augurios, los socialdemócratas iniciaron en febrero su primer acto de campaña con una Marin apareciendo en el escenario como principal reclamo. “Hay dos opciones reales en estas elecciones, la propuesta de derechas que ofrece miseria y recortes, o los socialdemócratas, la opción de esperanza, crecimiento, ocupación y bienestar” dijo la líder del partido. Entre el público, muchos de los asistentes vestían camisetas con la cara de la líder impresa acompañada del eslogan “con el equipo de Sanna”.
“Más allá de su fama y las portadas en la prensa internacional, es ahora cuando Marin deberá enfrentarse a los debates más duros contra los líderes de la oposición”, comenta Teivo Teivainen, politólogo en la Universidad de Helsinki. En el transcurso de su carrera política, Marin se ha forjado una imagen de oradora locuaz y punzante, que empezó cuando sus discursos como concejal en el ayuntamiento de Tampere se hicieron virales en YouTube. Ahora se enfrenta a su primera campaña electoral como líder de los socialdemócratas en unas elecciones parlamentarias, ya que en 2019 fue elegida primera ministra tras la dimisión del entonces líder del partido socialdemócrata, Antii Rinne. “Veremos hasta qué punto su carisma es suficiente. Las elecciones serán ajustadas y la tendencia política en Finlandia es que el partido que ocupa el puesto de primer ministro difícilmente sale reelegido en los siguientes comicios”, explica Teivainen.
La deuda pública en el foco de las críticas
El mayor punto débil de los socialdemócratas en la campaña electoral es el empeoramiento de la economía en los últimos años, acentuado por la inflación y los precios de la energía disparados tras el inicio de la guerra en Ucrania, pero sobre todo por el aumento de la deuda pública del país. Los últimos datos muestran que en el tercer trimestre del 2022 la deuda pública de Finlandia aumentó al 70,9% en relación con el PIB, un problema que, según los expertos, será el principal tema de debate durante la campaña.
Desde la oposición se critica al Gobierno por haber aumentado sin control el gasto público desequilibrando las finanzas, hecho que pone en riesgo el sistema del bienestar. La ministra de Finanzas, Annika Saarikko, del Partido de Centro, estimó que la situación presupuestaría anual debería mejorar al menos en 9.000 millones de euros en las dos próximas legislaturas, lo que significa que muy probablemente el próximo Gobierno deberá hacer frente a recortes y subidas de impuestos. Para remontar en las encuestas, en el inicio de la campaña electoral los socialdemócratas han presentado un plan de ahorro presupuestario que no afecta a la educación, la defensa nacional ni la investigación y, en cambio, propone mayores impuestos a los grandes capitales y a los consumos nocivos. Marin ha comparado en anteriores ocasiones la situación fiscal de Finlandia con la de otros países nórdicos como Dinamarca, donde los tipos impositivos son 4,6 puntos superiores.
Una líder polarizadora, también en las redes
En el ayuntamiento de Tampere, un retrato de Sanna Marin sobre un vivo fondo de color rojo recuerda el paso de la actual primera ministra como presidenta del consejo municipal entre los años 2013 y 2017. Sin duda Marin dejó huella en la ciudad donde empezó su carrera política y donde consiguió en las pasadas elecciones parlamentarias un histórico número de votos para su candidatura. Donde también ha dejado huella es en las redes sociales. Más allá de la polémica surgida el pasado verano en torno al vídeo subido a Instagram donde se podía ver a la primera ministra bailando en una fiesta con amigos, “su uso de las redes, rompiendo con las normas y los estereotipos de los políticos, ha atraído la atención de un buen número de los votantes más jóvenes”, explica la investigadora en Ciencias Políticas de la Universidad de Helsinki Theodora Helimäki. Sin embargo, los expertos aseguran que los votantes están polarizados en torno a su figura. “No creo que la polémica por el vídeo en la fiesta le afecte en el resultado de las elecciones”, añade Helimäki.
A pocas semanas de las votaciones y con un escenario político que se prevé muy ajustado, los medios de comunicación en Finlandia ya especulan sobre posibles coaliciones para el futuro Gobierno. “Medidas como la recientemente aprobada ley transgénero hace muy difícil que el Partido de Centro quiera volver a aliarse con los socialdemócratas”, razona Teivo Teivainen. Por otra parte, partidos que ahora están en el Gobierno, como la Liga Verde, critican una posición tibia de Marin frente a la industria maderera y la tala forestal de árboles, un tema que causa profundas divisiones y que desde las formaciones de izquierda ha generado críticas a Sanna Marin que, dicen, podría haber hecho más.
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