De Punta Cana a Puerto Plata o Samaná, cómo combinar sol & playa con aventura, observación de fauna y la histórica Santo Domingo.
En piscinas de borde infinito, los turistas alternan entre tragos de colores vibrantes y clases de acquagym, entre el mar cálido del Caribe y las reposeras del hotel all inclusive.
Estas escenas y “rutinas del placer” se repiten a diario en los resorts de Punta Cana, el destino más famoso de República Dominicana, que propone vacaciones de lujo y sin más preocupaciones que elegir sushi o risotto con frutos de mar para la cena.
Pero si bien la mayoría de los viajeros se inclina por los 48 km ininterrumpidos de arena blanca de Punta Cana, el país caribeño tiene más de 200 playas y 1.600 km de costa con atractivos turísticos sobre el océano Atlántico y el mar Caribe.
Es el caso de Puerto Plata y Samaná hacia el norte, o de La Romana, Bayahíbe y la capital Santo Domingo en el sur de esta isla que comparten República Dominicana y Haití.
Playa Bávaro en Punta Cana. Foto Shutterstock
Según datos del Banco Central dominicano, en enero y febrero de 2023 llegaron vía aérea 1.335.837 visitantes, de los cuales 39.665 eran residentes argentinos. Gracias a estas cifras, nuestro país ocupa el quinto lugar como emisor hacia la isla, después de Estados Unidos, Canadá, Francia y Colombia.
Con respecto a volar fuera de la temporada alta (de diciembre a abril), “Viajar allá de mayo a julio es una muy buena opción porque los precios de los hoteles y vuelos pueden ser más económicos y se pueden encontrar ofertas y promociones especiales en los hoteles. Aunque en mayo puede haber un poco de lluvia ocasional, el clima sigue siendo ideal para disfrutar de la playa y realizar actividades. También disminuye la cantidad de turistas”.
“Para los viajeros que prefieren la playa como su plan de vacaciones, el Caribe es uno de los preferidos por su temperatura, la arena blanca y el mar transparente. Y República Dominicana no para de subir en el ránking: en Semana Santa, Punta Cana tuvo un crecimiento del 110% respecto de la misma época en 2022”.
Y agrega: “La gran ventaja es que tiene muchos hoteles all inclusive, una opción muy elegida porque es una buena manera de garantizar los precios en la moneda local”.
Punta Cana, el destino más visitado de República Dominicana. Foto Shutterstock
Punta Cana, siempre vigente
Con sus palmeras de cocos que se recortan en el cielo, la sucesión de playas de Punta Cana conforma una de las costas de arena más largas del Caribe. Tratándose de un clásico, el destino es sinónimo de descanso frente al mar, en un punto donde las aguas del Atlántico se encuentran con las del mar Caribe.
Con hoteles 5 estrellas con todo incluido, su oferta suma a los mejores spas -como el único Six Senses del Caribe-, parques de agua para los chicos y lugares de ensueño para celebrar bodas. Y por supuesto, es el sitio ideal para nadar, pescar y hacer snorkel, observando la rica vida marina y los barcos hundidos.
Tiene 11 playas certificadas con la Bandera Azul, desde las de moda de Bávaro, Corales y Cortecito -rodeadas de tiendas, propuestas de deportes acuáticos y bares-, hasta la aislada Juanillo o la meca del surf, Macao. En tanto, los amantes del golf tienen diez campos a lo largo del litoral, en una zona que incluye lujosas marinas -como Cap Cana- y opciones de cenas gourmet.
En Despegar señalan que “Punta Cana es perfecto para disfrutar de la playa y los resorts, pero también cuenta con reservas naturales como Ojos Indígenas y cenotes”.
Alejarse un día de la playa es una gran opción para vivir aventuras en medio de la naturaleza tropical. Por ejemplo, uno puede refrescarse en las lagunas y cenotes escondidos en el bosque de Ojos Indígenas o visitar Scape Park, donde hay tirolesas y cuevas. Otro buen programa es explorar la zona rural en un safari; hacer canopy sobre los árboles de la jungla de Anamuya;liberar adrenalina en Bavaro Adventure Park o conocer la antigua residencia de piedra de Juan Ponce de León, cerca de Higüey, donde vivió antes de conquistar Puerto Rico y llegar a Florida.
En La Romana, Altos de Chavón. Foto Shutterstock
Un paseo por el Medioevo
En La Romana, los campos de golf y de caña de azúcar conducen a las extensiones de arena blanca, entre la playa Dominicus y la codiciada Bayahíbe. Allí se practican deportes acuáticos como el windsurf y el kitesurf, y para quienes quieran observar las maravillas del mundo submarino, es el lugar indicado para el snorkel y el buceo. Una experiencia inolvidable:animarse a hacer buceo nocturno en Bayahíbe.
Mientras los bosques y cuevas del Parque Nacional Cotubanamá albergan manantiales y muestras de arte rupestre taíno, las islas Saona, Catalina y Catalinita tienen zonas de nidificación de tortugas frente a los arrecifes de coral.
Muy cerca de las solitarias islas se encuentra el gran complejo turístico Casa de Campo Resort & Villas, que ocupa una superficie de 2800 hectáreas y cuenta con 10 restaurantes, 12 piscinas, tres campos de golf, hoteles all inclusive, una pista de aterrizaje privada y hasta una de las casas del diseñador Oscar de la Renta. A su vez, está la Playa Minitas, un rincón privado que ofrece snorkel, kayak e hidropedal.
Altos de Chavón, réplica de un pueblo del siglo XVI. Foto Ministerio de Turismo de la República Dominicana
Imperdible: Altos de Chavón, la réplica de un pueblo mediterráneo del siglo XVI, diseñado por el arquitecto dominicano José Antonio Caro y el italiano Roberto Coppa. Se trata de un centro cultural para residentes, turistas y artistas de todo el mundo, con talleres de alfarería, tejido y serigrafía, entre otras cosas.
En las calles empedradas hay una galería de arte, una escuela de diseño, un museo arqueológico, la iglesia de San Estanislao y un impactante anfiteatro con 5.000 asientos. El río Chavón y el mar Caribe dominan todas las panorámicas.
De Samaná a Santo Domingo
Bosques de palmeras, playas tranquilas y cuevas ocultas donde se escondían los piratas en el siglo XVI. La península de Samaná hoy está bien conectada por tierra y aire, pero conserva el espíritu de refugio soñado.
Cada año llegan unas 1.500 ballenas jorobadas y la excursión de avistaje es una de las favoritas, junto con la visita a la famosa playa Rincón; senderismo con observación de aves y cuevas en el Parque Nacional Los Haitises; cabalgatas para llegar a la cascada El Limón; paseos en barco a playas en la base de acantilados de 90 metros y disfrutar de Las Terrenas, con cafés y tiendas de estilo europeo.
A todo ritmo en Puerto Plata. Foto Ministerio de Turismo de la República Dominicana
Hacia el sur, Puerto Plata fue bautizada por Cristobal Colón en 1492, y se destaca por sus plantaciones de cacao y café, y “ámbar más claro del mundo”, con fósiles que se exhiben en el Museo del Ámbar.
“Es un destino muy completo, con playas de arena dorada y, a la vez, montañas y ríos. Hay actividades de aventura y un teleférico que permite tener vistas de más de 100 km de costa atlántica”, afirman en Despegar sobre un lugar donde también se puede aprender a bailar merengue, probar la gastronomía local y recorrer casas victorianas o la Fortaleza San Felipe del siglo XVI.
La Catedral Primada de América en Santo Domingo. Foto Ministerio de Turismo de la República Dominicana
La experiencia en República Dominicana no será completa si no se visita su capital Santo Domingo, especialmente el área colonial que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Vale la pena la visita guiada en el museo histórico que funciona en el Palacio Virreinal de Diego Colón (hijo de Cristóbal), la sede del primer Virreinato de América y residencia de la familia hasta 1577. Ahora sí, se termina de confirmar que este país caribeño es mucho más que un destino de sol y playa.
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