El trastorno por el que aumentan las bacterias en el intestino delgado puede tener muchas causas.
Diarrea, distensión y dolor abdominal, gases. Puede tratarse de una simple indigestión, pero también de un trastorno del intestino delgado sobre el que cada vez se habla más: SIBO, denominado así por sus siglas en inglés y que hace alusión al sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Como su nombre lo indica, es el aumento de las bacterias en ese órgano.
El hecho de que sea un término que -por la afluencia de los temas médicos en las redes sociales cada vez se escucha más, tiene sus pro y sus contras. A favor: más personas pueden estar atentas y consultar ante síntomas. En contra: es un trastorno que está paradójicamente sub y sobrediagnosticado.
SIBO: cuáles son sus causas
Así lo entiende el jefe del Servicio de Gastroenterología de la Fundación Favaloro y ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE), Fabio Nachman, quien explica que este trastorno suele relacionarse con el síndrome de intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal, el hígado graso y la celiaquía.
El médico explica que el SIBO se da cuando fracasan determinados mecanismos propios del organismo, como:
- El PH ácido del estómago (que evita que se incrementen las bacterias).
- Las enzimas pancreáticas (químicos naturales que ayudan a descomponer grasas, proteínas y carbohidratos).
- El sistema inmune.
- El peristaltismo o el movimiento del intestino delgado. «Inclusive, hay un peristaltismo que se llama movimiento migratorio, cuando el intestino también está vacío y evita que haya una rémora, evitando que crezcan bacterias», amplía Nachman.
- La indemnidad de la válvula que une el intestino delgado con el colon, que se llama válvula ileocecal y cuyo rol es impedir que asciendan bacterias desde el colon al intestino.
Nachman insta a consultar ante la presencia de síntomas y no normalizarlos. Foto Shutterstock.
También puede ocurrir como producto de un cambio en la flora que habita el colon, que puede «subir» al intestino delgado.
«Algunas veces, no podemos ver el mecanismo que está fallando, pero por lo general, cuando vemos un cuadro en el que advertimos que alguno de estos mecanismos fracasa, es que vamos a chequear si se trata de sobrecrecimiento bacteriano», explica Nachman,
Y suma algunos ejemplos: «cuando uno suprime el ácido gástrico porque le han sacado el estómago, porque toma antiácidos, o porque tiene hipoclorhidria [N de la R: nivel bajo de acidez estomacal]», grafica.
También, en pacientes diabéticos que han tenido grandes trastornos durante mucho tiempo, o cuadros de hiperglucemia, lo que afecta la parte nerviosa del sistema intestinal que hace que no se mueva el intestino, indica.
«Algunos cuadros afectan o la parte nerviosa o la parte muscular del intestino, que lleva a que haya un trastorno en el movimiento, la peristalsis. Hay muchos cuadros que tienen que ver con esto», resume, y aclara que todo lo que afecta al movimiento intestinal puede generar SIBO.
Ahora bien, ¿ante qué síntomas se sospecha de este cuadro?
«En general cuando hay sobrecrecimiento bacteriano, el paciente padece distensión abdominal, gases y dolor, y lo que más abunda es la diarrea, que se suele dar más porque justamente puede haber alguna mala absorción de nutrientes, esto inactiva las sales biliares y conlleva a veces a la mala absorción de grasas y hasta puede traer aparejado mala absorción de vitamina B12«, advierte.
Respecto a si existen algo así como signos de alarma, plantea: «Yo lo que digo siempre es de no normalizar los síntomas cuando uno tiene alguna afección. En general, cuando hay dolor abdominal o diarrea, ese paciente debe consultar y ahí veremos qué grado de compromiso tiene, si realmente está teniendo mala absorción debido a este sobrecrecimiento bacteriano o no».
Para diagnosticar SIBO se necesita realizar un test del aire expirado. Foto Shutterstock.
Test de aire espirado para SIBO
¿Cómo podemos saber si el origen de esos síntomas se deben a un sobrecrecimiento bacteriano?
«En general, el patrón oro es el aspirado duodenal. También se puede hacer secuenciación de genes para saber qué tipo de bacterias son, pero es muy difícil, hay que tener mucha experiencia, por lo cual prácticamente solo se usa en investigación. Lo más práctico y cotidiano es realizar un test del aire espirado. Esto es un estudio que se realiza mediante un dispositivo que se llama cromatógrafo, que lo que hace es registrar gases exhalados«, introduce.
Y detalla que el paciente debe soplar en un cromatógrafo y luego se le da glucosa. Posteriormente se le mide el hidrógeno o también se puede medir el gas metano, en cuyo caso hay una controversia, ya que esta medición podría hacer que haya un sobrediagnóstico de SIBO, ya que como indica Nachman, puede existir la presencia de gas metano en el colon.
«Si hay metano de entrada, eso podría anular la integración diagnóstica de sobrecrecimiento. Y aquí está el grave problema de esta patología que a veces está sobrediagnosticada, siendo que muchos pacientes por ahí tienen síntomas banales como constipación, diarrea, distensión y tienen metano y le hacen el diagnóstico de SIBO y no siempre es así: el metano puede estar en el colon», amplía.
Una ilustración 3D de las bacterias que pueden llegar a habitar en el intestino delgado. Foto Shutterstock.
Esto hace que, si bien se escucha más frecuentemente hablar de SIBO, no se puede determinar si su incidencia está en aumento.
Aun así, analiza: «No creo que venga creciendo, sino que ahora está más en la mira y muchos más lo sospechan, y el tema de redes sociales y la globalización ha advertido con respecto a esta entidad y ahora muchos médicos y nutricionistas lo sospechan».
«Yo creo que hay un sobrediagnóstico, y una mala utilización de antibióticos. Tenemos un grave problema de acá a un poquito más de 20 años, por la resistencia bacteriana realmente preocupante.»
Cómo se trata el SIBO
«Cuando está realmente diagnosticado que es un sobrecrecimiento bacteriano, el tratamiento es antibiótico. En general se opta por alguno que tenga poca absorción y permanezca mucho en la luz intestinal, para intentar después ver si se puede resolver la causa que está generando el sobrecrecimiento bacteriano», precisa.
«Hay pacientes en quienes lamentablemente el intestino se mueve poco y con cierta frecuencia va a hacer sobrecrecimiento bacteriano, lo que va a llevar a que realicen con cierta periodicidad esquemas de antibiótico», suma.
El rol de los alimentos ¿qué pasa con los prebióticos?
¿Puede jugar algún rol la alimentación? ¿Hay alimentos que es mejor evitar para no estimular el sobrecrecimiento bacteriano? “Hay un delicado equilibrio, los pacientes que tienen realmente SIBO, ante la ingesta de hidratos de carbono, pueden tener síntomas”, introduce.
«Pero- contrapone- hay hidratos de carbono más complejos, como los prebióticos, que a veces pueden dar síntoma de fermentación, y son justamente los que suelen ayudar a promover la flora intestinal benéfica, que es la que consume gran parte del oxígeno del intestino, importante porque sintetiza ácido butírico, y a la larga mejora la flora intestinal», concluye.
***
Responder