La política vive ahora en la Rotonda del Observatorio Nº1, conocida como la Casa Blanca del vicepresidente de EE UU. Pero antes ya tenía un lujoso apartamento, más cercano incluso al Capitolio que su nueva residencia.
Kamala Harris, ahora vive en el lugar designado a los vicepresidentes: la Rotonda del Observatorio Nº1. Una residencia grande y acogedora, con grandes jardines, piscina y ajena al bullicio de Washington, que sin embargo se encuentra muy cerca de la Casa Blanca y del Capitolio. La propiedad permite protegerla de una forma más fácil y económica que si Harris viviera en su propia casa, aunque si no existiera tampoco la necesitaría. Harris posee inmuebles en varias ciudades, cada uno más espectacular que el otro. Entre ellos, un lujoso apartamento en Washington D.C.
Su patrimonio inmobiliario, valorado en más de 6,5 millones de euros, en realidad no es nada comparado con los imperios de Joe Biden o el mismísimo Donald Trump. Pero más que significativo para cualquier persona con una hipoteca media. Las propiedades de Harris concuerdan con los pasos que ha ido dando en su vida y los lugares de residencia que han marcado sus trabajos, la mayoría relacionados con la política. El último, la casa en la que vivió como senadora por California. Allí, Kamala nació, creció y estudió, hasta convertirse en 2004 en la primera mujer negra en conseguir el puesto de Fiscal del Distrito de San Francisco, donde realizó su primera compra inmobiliaria. La segunda casa que tiene en California, concretamente en Los Ángeles, y la comparte con su actual marido, Douglas Emhoff.
Antes de convertirse en vicepresidenta, Kamala Harris ya tenía residencia permanente en el mismo lugar que la tiene ahora. Tras conseguir su puesto como senadora, Kamala adquirió un apartamento de dos habitaciones en el edificio de Westlight, en Washington D.C. La comunidad es una de las más prestigiosas de la capital, por lo que no extrañan los más de 1,4 millones de euros que Kamala desembolsó por el apartamento de unos 150 metros cuadrados. Además, el edificio de 71 apartamentos es uno de los pocos que tiene certificación LEED, que desde 1993 corrobora la sostenibilidad de determinadas construcciones en EEUU y en otros países.
Su ubicación es más que privilegiada, a tan solo cuatro kilómetros y medio del Capitolio, el lugar de trabajo de Harris durante los últimos cuatro años y, presumiblemente, durante los cuatro siguientes. El edificio está tan cerca de barrios con mucha vida como el de Georgetown o el de Dupont Circle, como de la Casa Blanca; propiedad de la que tan solo se encuentra a 1,6 kilómetros. Además, también se encuentra a una caminata de poco más de media hora de la nueva residencia de Harris, por lo que la mudanza no será difícil y la vicepresidenta podrá volver a su antigua residencia siempre que quiera.
Sobre el interior de la propiedad, las imágenes publicadas en la página web de Westlight de la empresa que vende apartamentos en el mismo edificio dan una idea de cómo vive Kamala. Todos los de dos habitaciones tienen dos baños, un más que amplio vestidor y sugieren destinar la segunda habitación a los invitados o convertirla en un despacho. Los amplios ventanales del edificio van desde el techo hasta el suelo y ofrecen una gran luminosidad en los apartamentos.
Puede que en su nuevo hogar, Harris eche de menos el club con cocina y servicio de catering o el gimnasio equipado del edificio.O la relajante pared verde con una escultura del prestigios artista Ingo Maurer, cuya obra está expuesta en el MET. Pero eso tiene fácil solución: pues ahora tendrá un jardín real y mucho más grande. Lo que seguro no echa de menos es la piscina -en la casa destinada a la persona que ocupa la vicepresidencia hay una- ni el servicio para lavar perros, puesto que, a pesar de ser amante de los animales, Harris no tiene mascotas.
Los Ángeles, California
Dos años antes de casarse con Kamala Harris, Douglas Emhoff compró una propiedad de unos 325 metros cuadrados en el apacible y acomodado barrio de Brentwood, en Los Ángeles. Después de contraer matrimonio, la casa pasó a formar parte de una Sociedad de Responsabilidad Limitada de la cual Kamala Harris es fideicomisaria. Entonces, la vicepresidenta de Estados Unidos pasó a compartir vecindario con celebridades como Gwyneth Paltrow o LeBron James en uno de los barrios más seguros de la ciudad. En él también decidió residir, cuando empezó a ponerse de moda, una de las grandes actrices de los años 50: Marilyn Monroe. Además de su seguridad, otro de sus atractivos es la posibilidad de realizar actividades al ire libre, como salir a pasear o a montar en bici por sus zonas naturales.
Volviendo a la casa de Harris y Emhoff, cuyo precio estimado actual, según Zillow supera los 4 millones de euros, pocos son los lujos que le faltan. Situada unos 10 minutos del Centro Getty; sede principal del museo J. Paul Getty e instituto de conservación, la casa tiene piscina, cuatro habitaciones y cuatro baños y medio que, para tranquilidad de los Harris-Emhoff, no sufrieron daños durante el incendio Getty, que arrasó más de 300 hectáreas de la zona y obligó a una gran cantidad de celebridades a evacuar sus casas allá por 2019.
De cómo es el interior, tenemos una imagen que Harris publicó en su cuenta de Instagram en febrero de 2020. En ella se aprecia un pequeño vistazo de la cocina, decorada de forma moderna con una reluciente encimera blanca, que combina a la perfección con los cajones y gavetas en tono gris azulado y la pared de lo que parece metacrilato tuquesa.
San Francisco, California
Tras conseguir su puesto como Fiscal General del Distrito, Harris optó por un apartamento de 400.000 euros. La vicepresidenta siempre decide vivir cerca de su lugar de trabajo, pues el edificio en el que está su apartamento se ubica a un escaso kilómetro del Tribunal Superior de San Francisco, tal y como indica el Wall Street Journal. La propiedad mide unos 90 metros cuadrados y según la mencionada plataforma especializada en inmuebles, ahora casi duplica su valor. Se ubica en el barrio South of Market, zona que alberga numerosas sedes de grandes compañías tecnológicas como Uber o Airbnb.
Con esta vivienda, Kamala Harris se enfrentó a algo parecido a un ‘escándalo ético’, por aceptar los consejos gratuitos de renovación del interiorista Ken Fulk en 2013. El caso se resolvió tras el desembolso de unos 17.500 euros que Kamala realizó para pagar las remodelaciones de cocina, salón y mobiliario que el interiorista orquestó. El estilo de Fulk se caracteriza por el color que introduce en espacios impregnados de clasicismo, volviéndolos modernos y atrevidos. Echando un vistazo a su Instagram, podemos imaginarnos cómo es el interior del apartamento de San Francisco de Kamala: digno de salir en revistas de decoración como AD.
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