El expresidente republicano frustró la publicación del libro que suelen llevar a cabo los fotógrafos de la Casa Blanca para publicar el suyo propio.
Desde Ronald Reagan era casi una norma no escrita que el fotógrafo oficial de la Casa Blanca publicase un libro con las mejores y más significativas instantáneas del periodo del presidente para el cual trabajaron. Hasta que le tocó el turno a Donald Trump. Como con tantas otras cosas, el 45º presidente de la nación ha dejado una marca indeleble, y no precisamente para bien. Según una información del diario The New York Times publicada este jueves, el único mandatario en sufrir dos impeachments (juicio político para su destitución) pidió a Shealah Craighead que retrasara la publicación de su proyecto para que el republicano pudiera, con fotografías tomadas por ella y de otros fotógrafos de la Casa Blanca, sacar a la venta su propio libro por un nada módico precio de 230 dólares.
Hay más. Tanto George W. Bush como Barack Obama escribieron un prólogo del libro del fotógrafo de turno de su presidencia. En el caso del señor Trump, este pidió parte del adelanto del precio fijado por la editorial para el proyecto de Craighead por escribir el prefacio.
Publicado el pasado diciembre, Nuestro viaje juntos convierte a Trump en el primer expresidente en intentar beneficiarse personalmente del libro planeado por un fotógrafo de la Casa Blanca. Según el rotativo de Nueva York, Craighead ya había asegurado un acuerdo de publicación, incluido un anticipo de seis cifras, cuando notificó a la Casa Blanca que el volumen ya estaba en marcha.
El libro del presidente vendió sus primeras 300.000 copias por un valor bruto estimado de 20 millones de dólares. Se encuentra a la venta en la página web de Winning Team Publishing, la compañía cofundada por Donald Trump Jr. y el agente de campaña republicano Sergio Gor.
“Shea es una fotógrafa con mucho talento que había puesto mucho trabajo”, asegura Stephanie Grisham, quien fue secretaria de prensa de Trump en la Casa Blanca y escribió su propio libro, siempre según el relato del Times. Para Grisham, que se refiere a la fotógrafa por su apodo, es una desvergüenza descomunal lo que ha hecho su antiguo jefe. “Pero entonces me digo a mí misma que este es el tipo que se dedica a vender gorras o lo que sea para recaudar dinero para sí mismo”. Citado por The New York Times, Eric Draper, fotógrafo principal de la Casa Blanca durante el mandato de Bush hijo, asegura que lo sucedido es una falta de respeto hacia Craighead.
La fotógrafa, en una entrevista, dijo no querer comentar de forma pública un asunto que, al fin y al cabo, tiene que ver con un antiguo cliente. Lo que sí confirmó Craighead es que, al menos por ahora, su proyecto para el libro con las fotografías de cuatro años de viajes, discursos, vivencias etc… ha muerto antes de nacer. “Me mantengo apolítica todo lo que puedo, al igual que soy neutral como documentalista histórica”, dijo al Times. “Esa neutralidad me permite ser una aguda observadora”, finaliza el artículo del rotativo de Nueva York.
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