Según una encuesta realizada por Ashley Madison las vacaciones son un momento ideal para cometer una infidelidad. Las excusas y los destinos elegidos.
Las vacaciones pueden ser un plan familiar, de descanso, desconexión, de pareja e incluso una oportunidad para la infidelidad. Según una encuesta, los viajes despiertan la tentación en gran cantidad de personas a la hora de una aventura extramatrimonial.
El sondeo realizado por Ashley Madison, sitio web de citas para personas casadas, reveló que sus usuarios se mostraban muy dispuestos a cometer una infidelidad durante este tipo de ocasiones.
Respecto a por qué creían que el “modo viaje” era ideal para explorar el 62% declaró que estar lejos del hogar garantizaba la discreción; el 43% dijo que tener una aventura mientras viajaban les parecía atractivo y emocionante; el 39% afirmó que su espontaneidad aumentaba; y el 35% compartió que les resultaba mejor tener un affaire a kilómetros de su relación principal.
“La investigación indica que muchas personas adoptan una personalidad diferente mientras viajan o actúan de forma distinta a como lo harían en casa. Nuestros miembros se sienten más abiertos, libres y aventureros mientras están de viaje, lo que explica por qué están más dispuestos a bajar sus inhibiciones y permitirse nuevas conexiones», sostuvo Christoph Kraemer, director ejecutivo Latam de Ashley Madison.
Si bien unos pocos miembros de Ashley Madison discutieron la posibilidad de tener parejas externas mientras están de viaje y se lo dijeron abiertamente a sus cónyuges, la mayoría (88%) dijo que no lo hablaron ni obtuvieron permiso de su pareja.
“¿Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas?”
“Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas”, dice una famosa frase que pretende eximir de culpa y cargos a aquellos que pasaron por esa ciudad con un alto grado de andanzas.
Siguiendo esa línea, y para analizar si un contexto o destino es peor que otro, Ashley Madison preguntó: “¿Considerás que es una aventura si se lleva a cabo en…?”.
Los miembros fueron contundentes y afirmaron que lo es si ocurre en otra ciudad (95%), en otra provincia (82%), en otro país (78%), en el agua -por ejemplo, en un crucero- (75%) o en en el avión (74%).
Infieles: destinos y excusas
Encontrar el destino para escaparse con un amante es una cosa, pero encontrar la excusa para no despertar las sospechas de la pareja, es otra. Así lo determinó una encuesta de Gleeden, aplicación de encuentros extraconyugales, realizada meses atrás.
Para ello pensaron pretextos creativos (y no tanto): el 51% de los y las infieles mencionó un seminario profesional y el 42% optó por la excusa del fin de semana entre amigos, mientras que el 7% restante afirmó que todavía no encontró una idea adecuada.
Además, a partir de estas respuestas, 7.250 usuarios de Gleeden eligieron sus destinos preferidos para escapar en pareja. Los elegidos fueron: Mendoza (32%), Cataratas del Iguazú (24%), Ushuaia (18%), El Chaltén (11%) y Tandil (8%).
Sobrevivir a la infidelidad
El psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin aseguró a Clarín que “una de las contradicciones básicas de la pareja es que casi nadie perdonaría una infidelidad pero casi todos quisiéramos ser perdonados si fuéramos infieles”.
Esta incoherencia que surge entre la convicción no disculpar y el deseo de ser perdonado en el caso de ser infiel alguna vez, dijo, “se basa en la diferencia que media entre una norma moral e incuestionable y las acciones humanas que surgen dentro de un contrato vincular donde las acciones no están regladas por lo que está bien o lo que está mal sino por conductas que se ajustan o no a lo pactado».
Cuando estas conductas rompen con el acuerdo, agregó, «merecen ser evaluadas a la luz de un contexto mayor que comprende la reflexión personal y la historia del vínculo de pareja”.
Sin embargo, aclaró, en contraste con otras épocas actualmente “existe una mirada más comprensiva y reparadora de la infidelidad”. El especialista (en Instagram, @walterhugoghedin), explicó que esto no tiene que ver con “consentir, aguantar o mera resignación, sino que la comunicación entre las partes del vínculo es más abierta que antaño”.
En ese marco, Ghedin añadió que “los cambios sociales y culturales son parte de los factores que influyen a la hora de encarar la continuidad o no de una relación en crisis por la infidelidad”.
